Page 81 - CAMINOS SIN GLORIA
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Autor: Juan Carlos Cuervo Otálora

             dotes y mostrar su conquista como un hombre muy alegre y
             bailarín pero yo no lo era; era desde  comienzos de nuestra
             relación el problema  mas irritante para ella incluso cuando
             en vez de las casas  las fiestas la hacían en el salón comunal
             que habían construido.

                    Yo nunca fui un bailarín ni muy alegre; ella sabe que
             para ella yo le demostraba mi alegría en cada acto y en cada
             solicitud  que  ella  me  pedía,  en  las  conversaciones,  en  las
             bromas o chistes malos que hacia, pero trataba de esbozarle
             una sonrisa que la hacia ver mas hermosa; ella decía que le
             encantaba verme sonreír.


                    En  algunos  momentos  que  compartíamos  en  la
             puzunca,  pues  bien  aunque  en  realidad  no  me  agradaba
             mucho    cuando  llovía  se  ponía  imposible,  lleno  de  barro
             pero  era  mi  desahogo  de  cambio  de  rutina  y  lo  usaba
             jugando  con  sus  primos,  de    momento  era  mi  manera  de
             demostrarle que podía interactuar con los demás miembros
             de  su  familia  y  que  eran  importantes  para  mi  pero  no
             siempre le agrado eso, ella quería que le ayudara en algunas
             cosas, solo debía pedirlo pero en ocasiones solo lo pedía  de
             mal  animo  enojada  porque    sentía  que  solo  iba  allí  no  a
             descansar  sino  a  seguir  su  rutina  de  siempre  de  estar
             pendiente de todo del aseo  etc y que los demás miembros
             de la casa no  hacían.

                    Se  tornaba  molesto  también  la  convivencia  y  las
             peleas que continuamente tenia con su abuela una anciana
             muy linda pero que claro esta por su condición y achaques
             ya  había arraigado  una  forma  de  ser;  además  que  protegía
             férreamente a un hijo adoptivo que con el tiempo se volvió



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