Page 15 - Revista Casa del Encuentro
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El lenguaje cumple también un importante papel en la
regulación los afectos. Imaginemos la siguiente situación: un
bebé de 3 meses tiene mucha hambre, pues ha llegado su hora
de ser amamantado. Por razones de fuerza mayor, su madre aún
no ha podido llegar a casa y demorará un poco. En esta espera,
el bebé comienza a llorar y se siente invadido por el displacer.
Su padre lo mece y comienza a cantarle, a la vez que le explica
que su mamá ya viene en camino, que prontamente estará
junto a ella y tendrá el pecho. El bebé se calma. No sólo estar en
brazos de su padre lo alivia, sino también las palabras con que
éste le explica lo que está sucediendo.
Esta experiencia de lenguaje envuelve al bebé y lo
sostiene, permitiéndole regular sus estados afectivos.
En denitiva, el hecho de que nuestros bebés aún no digan sus
primeras palabras, no signica que las palabras que circulan a
su alrededor no tengan un impacto en él. Todo lo contrario, él
está constantemente registrándolas, armándose en ellas y
adquiriendo las herramientas para incorporarse al mundo del
lenguaje. Por lo mismo, es importante que le hablemos a
nuestros bebés, pues ellos son seres de lenguaje incluso
antes de nacer.
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