Page 9 - Revista Casa del Encuentro
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Los trajes de Tomás
Angélica Valdebenito
Tomás llega casi todos los días a la Casita junto a su mamá, sin
mucho esperar, inicia sus movimientos y recorridos por entre
los niños, adultos y juguetes, en su mismo apuro se pone su
traje especial y comienza la transformación en el ingenioso
niño invisible. Como lleva su traje invisibilizador se las arregla
para pasar desapercibido, sin hacer ruidos, se escurre por la
casa, incluso hacia esos sectores en que los niños no pueden
pasar. Ahí espera en silencio (para ser encontrado), come
golosinas y decora las paredes con sus ingeniosas ideas. Otras
veces, Tomás llega a la Casa a ponerse velozmente su traje de
lanzador de bolas de arena mojada, lanzador de bolas de
colores, el disparador de cojines o bien como el abrazador
incansable, porque le encantan los abrazos y bien apretados,
hasta que un día, la llegada de Tomás fue diferente.
Recuerdo que ese día lo saludé por su nombre como en cada
encuentro en la Casita, saludé a su madre que se veía muy
cansada, acomodándose junto a las otras madres y abuelas.
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