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firmación del caso, se decidió que varios neurólogos de la red de salud
vieran la imagen para saber cómo proceder. El consenso fue total, en
relación a que es un caso extraño e inusual, concluyendo que la pequeña
tuvo Trombosis del seno cavernoso secundario y Meningitis de origen
viral con afectación de los pares craneales. ¡Impresionante!. Para esto ya
la paciente cumplía un mes de hospitalización, que parecieron segundos
antes la complejidad de la investigación y su descubrimiento. Por fin des-
pués de tanto tiempo de estudio se logró dictamen preciso, que se trans-
formó en la tranquilidad de todos, empezando por la madre de familia. En
los siguientes tres días se aplicó el tratamiento correspondiente, así como
nos enfocamos en preparar a la señora sobre cómo administrar el medica-
mento, énfasis en horario y dosis, así como la preparamos para reconocer
signos de alarma y cómo proceder ante tal efecto. Finalmente, llegó el
alta, con la paciente sonriente, feliz, sin signos de parálisis, comiendo sin
inconveniente. Madre e hija irradiaban felicidad, gratitud, entusiasmo, y
ese era el premio recibido por haber elegido esta profesión.

Esa es la verdad del día a día, enfrentado todo tipo de casos, entre co-
munes y atípicos; entre complicados y controversiales, algunos incompa-
tibles con la vida. ¿La clave? El trabajo en equipo para resolver todos los
escenarios que se presentan a diario, multiplicando esfuerzos dentro de
la emergencia sanitaria, la misma que a todos está dejándonos enormes
lecciones, ratificando una vez más que la vida sin salud, no es tal. Estar
en la primera línea de atención se ha convertido en el más brutal apren-
dizaje, transitando momentos de angustia, depresión, incertidumbre, y
por supuesto de dolor ante la muerte de algunos pacientes; no obstante,
también momentos de felicidad y renovación que inspiran a seguir ejer-
ciendo cada día con mayor compromiso que el anterior, con la vocación
inquebrantable de servicio a la comunidad. Gracias al Ser Supremo no he
perdido compañeros a causa del Covid-19, pese a que algunos se infec-
taron, y al momento de escribir estas líneas –Agosto 2020- me mantengo
invicta ante aquel nuevo virus, con la esperanza de que no me afecte, y
tampoco a mis seres queridos.

Para finalizar, Yesly, como la bautizamos con cariño, días después
volvió al control, totalmente recuperada, sonriente como es, y con unas
deliciosas naranjas para todos quienes la atendimos en esta época tan
complicada. Fue afortunada. Quizás sí tuvo un síndrome inflamatorio
multisistémico, con complicación neurológica, para lo que utilizamos
antibióticos, anticoagulantes y las referencias que van apareciendo en la
literatura para estos casos extraños. De hecho, los estudios recalcan la
dificultad en el diagnóstico de una trombosis venosa cerebral por ser una
patología poco común a nivel mundial, y el síndrome enunciado ni se
diga, todavía sigue siendo nuevo para la mayoría de científicos.

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