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OPINIÓN
POR FACHAS
Acabo de oír ahora en clase que lo ocurrido a 3 del 12 del 2018 en Andalucía es un “desastre”, y me temo que a lo
largo del día de hoy no será la última vez que lo oiga.
A mí, que aparezca una nueva fuerza política (así como que desaparezca) sea del espectro político que sea, me
parece una buena noticia, engrasa el mecanismo democrático español; pues. Par aquello que aún no se han
enterado, de esto va la democracia, de gente que no piensa igual, pero son capaces de convivir . Pero ¿Qué voy a
saber yo, si solo soy un facha?
Todo el mundo conoce mis preferencias políticas, aunque no todo el mundo se digne a escuchar mis motivos y
argumentos, y antes que nada emiten un juicio, y dictan su sentencia irrevocable: “facha”
Yo no gasto ni un segundo en ocultar mis opiniones políticas, ¡faltaría más! Acostumbrado como estoy a vivir en el
“aislamiento”, por el lugar físico en que vivo, no me tomo nada bien que alguien me diga qué pensar. Suponía
que, en este mundo de corderitos castrados por el exceso de información no siempre veraz, yo era una excepción,
un espécimen arcaico preservado por casualidad, un raro, un “·facha”
Por ello me llena de alegría, y de cierto orgullo, que tanta gente en Andalucía (y con suerte este germen se
extenderá a toda España) haya decidido votar y dar su opinión de manera legal y acorde con la Constitución,
aunque su opinión no encaje, sin tener que dar explicaciones a nadie, sin disculparse por su pensamiento, por
muy “fachas” que sean, o bueno, que les llamen…
Yo no quiero hacer callar a los que no piensan como yo, pero, desde luego, tampoco voy a callarme, por mucho
que los demás no piensan como yo, no me gusta el concepto de “lo políticamente correcto/incorrecto” que
prohíbe siquiera dialogar de ciertos temas, que no permite emplear ciertas palabras porque alguien pueda
sentirse ofendido, y tampoco me gusta que cierta gente se auto-adjudique el poder de dictar qué es
“políticamente correcto” y que los que no piensen igual se vean obligados a aceptarlo. Pero bueno, yo sé que “soy
un poco facha”
A todos aquellos que todo esto “les da igual”, que prefieren ignorar lo que no concuerda con sus esquemas, los
que rechazan la información que les es “agria”, que viven siguiendo un dogma sin darse cuenta, aquellos que solo
por el “facha” del título del artículo pasarán al siguiente, a los que no se dignan a hablar contigo por tener una u
otra etiqueta. A toda esa gente les pido que se paren a pensar un momento en quién es de verdad el ”facha”.
ANTONIO RAMOS MONTOYA. 2º BACHILLERATO B
POSIBLEMENTE EL MEJOR CONCEJO DE ASTURIAS
La belleza es clave para el desarrollo de nuestra psique. Vivir rodeada de buenos paisajes es muy diferente a vivir
rodeada de fábricas abandonadas, escombreras, contenedores o tendidos de alta tensión. Lo que ves desde tu
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ventana cada día es decisivo para tu bienestar mental. Ser feliz y serena rodeada de fealdad es complicado.
Cuenta Alba Rico que en las ruinas de Faluya una ONG le preguntó a un anciano cuál era la mayor urgencia de su
barrio, si agua potable, alumbrado, hospitales... Contestó: “un jardín, necesitamos un jardín”.
La biofilia es un concepto del biólogo Edward Wilson que nos recuerda nuestra extrema necesidad de belleza
natural, pues nuestro origen como especie es la Naturaleza, no Parque Principado. Por eso necesitamos, aunque
tristemente no seamos conscientes, estar en contacto con la tierra. Lo olvidamos porque somos opacos con
nosotros mismos y no sabemos a menudo detectar de dónde nos viene el malestar existencial. Richard Louv
acuñó el término de TDN, Trastorno de Déficit de Naturaleza que, sin ánimo de medicalizar más aún a la infancia,
sirve para explicar que en ocasiones lo que nos pasa es eso: falta de toma de tierra. Ya hay investigaciones que
nos demuestran el mucho vínculo entre paisaje y salud. Cae de cajón. No deberíamos necesitar investigaciones
para constatar lo evidente, lo ancestral, lo originario. Pero haberlas, haylas.
¿Por qué cuento todo esto? Por recordarle a la gente de este bello concejo su mucha fortuna. Puede que éste sea
uno de los mejores sitios para vivir de Asturias, y eso es decir mucho. Tener Muniellos “a tiru piedra” es más
esencial que tener Primark. Ser una guaja y poder pasarte el verano bañándote en un río limpio en pleno centro
de Cangas vale más que todos los cines de Madrid. Porque, ¿cuánto vale un río limpio, un aire limpio, unas vistas
como las de Genestoso o el Acebo?, ¿cuánto vale lo que no tiene precio, lo que no está monetarizado? Ahí está la
clave. Tener el capó del coche amarillento por el polen y no anaranjado por la contaminación de Arcelor vale
tanto que no tiene precio.
Pasear por las plazas de Cangas y ver las terrazas y los parques llenos de críos marca la diferencia entre un pueblo
sano y un pueblo anegado de antidepresivos. Ya sé que esto no es ni sombra de lo que era, que antes había
mucha más vida, pero es que pese a su actual decadencia Cangas, sigue teniendo mucho sabor vital.
Casi trescientos pueblos, poca broma. Eso implica una riqueza paisajística y etnográfica incalculable. Además
cuenta con todo tipo de servicios, tenéis un hospital pequeño pero mañosín y humano, líbrenos la providencia del
HUCA, de ese no lugar con robots transportando comidas. Lagarto, lagarto.
Un sitio en el que la infancia puede deambular libre y con tiempo para matar el tiempo es hoy por hoy un sitio
privilegiado. Ojalá que Cangas encuentre su camino en nuevos modelos económicos que puedan contrarrestar el
cierre de las minas. Ojalá se reinvente sabiamente, tiene potencial humano y natural para ello. Larga vida a la vida
de este concejo.
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R. H. C.