Page 53 - Libro Polotitlán
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Dentro del área del río San Juan, se encuentra el campo bravo de la ganadería “Rodolfo
                               Vázquez”, el cual podemos decir que es una importante reserva de fauna silvestre, ya que los
                               toros bravos al vivir libres durante su crecimiento, forman parte de la fauna salvaje; su bra-
                               vura hace que la gente se mantenga a distancia y son capaces de vivir en armonía con otras
                               especies locales, por lo que, gracias a estos formidables animales, el campo en el que se crían,
                               es un área natural protegida. Son una especie milenaria que se ha mantenido gracias a los
                               cuidados de ganaderos como Rodolfo Vázquez Padilla.

                               Detrás de la puerta de toriles hay años de cuidados, una herencia milenaria que se pierde
                               entre los siglos, la estirpe, el linaje, la genética de un animal que desarrolló un espíritu de-
                               fensivo. De ahí nuestra admiración y el reto a enfrentarlo cara a cara, siglos de tradición,
                               desde la visión griega del Minotuaro, hijo de Pasífae, y el toro de Creta, encerrado en un
                               laberinto y muerto por Teseo.


                               Desde la prehistoria, el toro ocupa la mente humana; testigo de ello son las pinturas rupes-
                               tres de las cuevas de Altamira. De algún modo también ha sido un oponente para medir el
                               valor humano, siglos han transcurrido conformando un ritual de desafío entre el instinto de
                               conservación, traducido en fuerza, y la inteligencia. De un lado está el toro y el ganadero,
                               cuidando y protegiendo su instinto por años; del otro, el hombre superando su miedo. Borda
                               con su frágil arma de tela, y acompaña su peligrosa envestida. Es ese instante por el que los
                               que observamos desde la tribuna gritamos ¡ole, ole, ole, ole!


                               La muerte es todo un tema, nos acompaña desde que nacemos. Hacia allá va-
                               mos todos sin excepción, y así como el nacimiento y la crianza y cuidados son
                               importantes, así también la expresión final de su bravura.













































            A fines del mes de abril, ya entrada la Primavera, co-
            mienzan a nacer los becerros del ganado bravo, cuando
            los brotes verdes enriquecen la leche materna.



            Aprovechando la distracción de la vaca, Ana Carolina
            carga un becerro recién nacido, despúes de ser areteado.


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