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las boyas más livianas posibles,
cosa que hará más versátil la
llevada del posible pejerrey, por
eso aconsejamos llevar tres o
cuatro de diferentes tamaños
todas, como decíamos, en forma
de lapicera.

Es importante armar las boyas
fijas en la línea, sujetas en ambos
extremos, no como una currica,
debido a que la correntada la
levanta y deja las carnadas a flor
de agua. Entonces, armamos con
nudos corredizos, pero los deja-
mos fijos para que la plomada no
se levante con la correntada, y
consecuentemente las carnadas
queden a flor de agua, donde no
pescarán.

En cuanto al equipo de fondo,
podemos usar cañitas que pro-
medien los 2,70, hasta 3 metros
ya que, también, el lance es muy
cercano y el arte está en lanzar,
dejar el pick up abierto y permi-
tir descender la plomada en el
mismo lugar que cae.

Las bases las armamos con
0,50mm dejando brazoladas cor-
tas, de no más de 35 cm, atadas
en anzuelos del número 2 al 1.

LAS CARNADAS

Recordamos cuando se concurría
a Baygorria con esos enormes
baldes con mojarras vivas, cosa
que se hacía complicada, no sola-
mente por el tamaño y peso del
balde, sino también por lo difícil
que es conseguir mojarras vivas
en cantidad.

Debido a esto, un día llevamos
un poco de camarón para ver
qué pasaba y nos dio un doble
resultado, ya que no solamente
picaron los pejerreyes, sino tam-
bién los dentudos que, fileteados,
son una carnada sobresaliente.
PESCA & TURISMO ׀ REVISTA Nº 221, Agosto 2019 ׀ 44 ׀