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ción en la biodiversidad de las
grandes represas, que en algunos
caso alcanzan dimensiones de
hasta 1000 hectáreas.

En ocasiones hemos caminado en
medio de decenas de cúmulos de
desove, sin que hubiera tarariras
cuidándolos, cosa que llama la
atención y nos lleva a considerar
que durante el día tienen todo
el espacio resguardado de los
predadores.

En realidad no tenemos mayor
información científica de todos
estos fenómenos que presencia-
mos en nuestras experiencias de
campo. Hay sí, estudios bioló-
gicos muy avanzados, pero la
vida en la laguna va más allá, y
requiere de calzarse unos waders
en plena temporada para poder
estudiar en directo.

COMO PESCAMOS

Conocemos las lagunas, no todas
por supuesto, pero el compor-
tamiento general es siempre el
mismo. Ingresamos caminando,
con el agua a los tobillos, lanzan-
do los artificiales hasta descubrir
una concentración de tarariras,
no un pequeño grupo, sino una
concentración de decenas de
individuos, cuyo número es impo-
sible descifrar.

Cuando las encontramos aprove-
chamos el momento para pescar,
lo que nos permite cobrar 20 o 30
tarariras para 3 o 4 pescadores.
Luego, el espacio se estresa, las
tarariras se abstienen de tomar
los señuelos, y retomamos el
camino hasta encontrar otra
concentración.

Llegado un momento, cuando nos
acercamos a una nueva concen-
tración, las tarariras se alertan
a nuestro paso y son muchas
PESCA & TURISMO ׀ REVISTA Nº 221, Agosto 2019 ׀ 48 ׀