Page 93 - En El Patio

La noción de modernidad, cualidad de lo moderno, del latin modernus 'de hace poco', 'reciente', se corresponde con una forma de “ver” (o de no ver) al mundo. “Con diversos contenidos el término moderno expresó una y otra vez la conciencia de una época que se mira a si misma en relación con el pasado, considerándose resultado de una transición desde lo viejo hacia lo nuevo” (Habermas, 1989b/1980, p. 131), parte importante del discurso de la modernidad (Habermas, 1989a).
En tanto cultura que marca una época y una herencia subsistentew en la modernidad es posible advertir un conjunto de caracteristicas o rasgos típicos, entre los que se destacan:
Fuente. Elaboración propia con base en la literatura citada.
Recuadro 9. De las características o rasgos típicos de la cultura de la modernidad
La separación del tiempo y el espacio
Si la modernidad se centra en lo reciente o lo que hace poco, impregna un sello característico en la separación del tiempo: la sobrevaloración del presente y el subyugamiento o incluso olvido del pasado. Y, si el tiempo se centra en el presente, el espacio que cuenta es el que alberga lo que merece valoración, el hoy.
La separación en el tiempo y el espacio, opera como una condición para la operación de mecanismos de “desanclaje” (levantar anclas de una embarcación, en sentido figurado) que se desprenden desde lógicas anteriores de funcionamiento y “anclaje” (agarradero o asidero) generación de instrumentos para la inserción en nuevas lógicas, como menciona Giddens (1993/1990). Lo viejo se considera obsoleto y necesario de ser superado. Lo nuevo se abraza con fervor, bajo la premisa de que será mejor que el pasado.
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La separación del tiempo y del espacio.
La preeminencia del presente y la ruptura con la tradición.
La disociación entre el ámbito doméstico y la esfera pública.
La consagración de la racionalidad con arreglo a fines como rasgo distintivo en las distintas esferas de la vida.
El surgimiento de la identidad.
La invención de la nación en los “grilletes” del derecho positivo.
El afán del progreso: la promesa incumplida.
El advenimiento del sujeto (así en masculino) escindido del objeto, con capacidad para captar el conocimiento del mundo externo como si fuera un espejo y en su cerebro una cámara fotográfica para “retratar” a la enseñanza.
Y, la colonialidad del poder la cara “oculta” y más oscura de la modernidad (Mignolo, en Lander, Comp., 2000).
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