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En El Patio...
La antropología y la sicología no son invitadas, ni tampoco bien recibidas en la enseñanza y estudio de la Política Social y otras políticas.
La consagración de la racionalidad como rasgo distintivo de la vida
La modernidad en su forma de concebir al mundo con primacía en el presente y sobre- valoración de la esfera pública, se vale de un modo-de-ser, un espacio privilegiado para el triunfo del logos `razón´ sobre el eros `deseo´, el pathos `ánimo´, `pasión´, `emoción´ y el daimon `voz interior de la naturaleza, como rasgo distintivo de las distintas esferas de la vida.
Atrévete a saber (Saperede aude!), el rasgo más peculiar de la modernidad y su invocación como ser superior consagrada por Inmanuel Kant, en 1784, tomado del Epistularum liber primus de Horacio, bajo la figura de la emancipación (una salida a la inmadurez decía el mismo Kant). Una incitación a liberarse de las trabas que interfieren en la ignorancia, llave por excelencia para entrar al reino de la “diosa” razón.
La consagración de la racionalidad con arreglo a fines, la adecuación de los medios en función de los propósitos, como rasgo distintivo en las diferentes esferas de la vida, por encima de la orientación en valores, la acción afectiva determinada en su origen o en su desarrollo por los sentimientos o la tradición, con origen en usos, costumbres, hábitos profundamente arraigados con basamento en la revelación y la religión. La razón se convierte en una vía por medio de la cual se intenta dejar por fuera las emociones, como si las personas pudieran prescindir de ellas...
La secularización y la profanación que llevó a Max Weber a pregonar el “desencantamiento del mundo” (1998/1905). El fin de los mitos y de los dogmas, lo que Habermas (1987/1981) describe como una creciente racionalización del mundo de la vida, la emergencia de un sujeto escindido como fundamento del conocimiento, separado de lo natural y de lo divino (Foucault, 1968/1966 y Heidegger, 1997/1927).
El surgimiento de la identidad
La consagración de la racionalidad con arreglos a fines se sumerge en otra faceta, el surgimiento de la identidad, el Principium Individuationis, principio de individuación “proceso que engendra un individuo psicológico, es decir, una unidad aparte, indivisible, un todo” (Jung, 1999-2006/1966-1994).
El reconocimiento del individuo obviando los ritos de la colectividad, deviene en una sociedad más fragmentada, producto de la autonomía del mercado frente a la sociedad, con una identificación cada vez más distante de la comunidad, una visión atomista de relación con la sociedad en forma instrumental (Taylor, 1954).
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