Page 128 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar
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la expectativa de vida a un enfermo que padece cáncer. Incluso, hay veces que los medicamentos dan placer. Tal es el caso del sildenafil, que ha cambiado la vida sexual a muchas personas, o el finasteride, que le ha devuelto el cabello (y la autoestima) a miles de hombres.
No basta con encontrar el nombre ideal para el producto. Ese es tan solo el primer paso. ¿A quién va dirigido? ¿Cómo logramos instalarlo en le mente del cliente? Veamos dos segmentos terapéuticos para entender de qué se trata el posicionamiento de un nombre comercial.
| Los analgésicos
El mercado de analgésicos es muy ilustrativo ya que se trata de remedios que se pueden utilizar para distintas patologías y cuyos consumidores pueden variar mucho según su rango etario. Esto sucede con los tres principios activos más consumidos en nuestro país: ibuprofeno, paracetamol y diclofenac.
Las drogas más conocidas son ibuprofe- no y paracetamol. Ambas se utilizan como analgésicos y antipiréticos, y en menor medida como antiinflamatorios. Esta triple faceta permite distintas estrategias.
En el caso del ibuprofeno, Termokids (Gezzi) apunta a los niños que tienen cuadros febriles (y a los pediatras). Por otro lado, Ibuevanol (GSK) se dirige a la mujer con dolores menstruales (y al gi- necólogo). Asimismo, Sindol (Microsules) está más orientado al deportista o al tra- bajador que sufre dolores musculares.
Cabe resaltar que Ibuevanol y Sindol son prácticamente el mismo producto (misma forma farmacéutica y misma concen- tración), pero con posicionamientos dis- tintos.
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