Page 36 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar
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Por lo que se refiere a la I+D, las grandes organizaciones mundiales invierten millones de dólares en proyectos que nunca llegan a cristalizarse. Esto conlleva un gran riesgo.
Dicho esto, también es cierto que muchos laboratorios lanzan fármacos que no son innovadores. Varios de ellos sólo vienen a sustituir el espacio económico que dejan otros con patentes próximas a expirar. Acaso, ¿es realmente superior el dexlansoprazol al lansoprazol o la desvenlafaxina a la venlafaxina?. Un por- centaje (menor) de las nuevas moléculas no representan una mejora terapéutica significativa respecto a otras presentes en el mercado. Se trata de estrategias válidas, pero con una mirada más comercial.
Los organismos gubernamentales que supuestamente deben ejercer la función de control de este sector económico en beneficio de los ciudadanos, están fi- nanciados en porcentajes altos por la propia industria (la FDA en Estados Uni- dos, por citar un ejemplo). Pero esto no sucede en todas las latitudes. De hecho, en nuestro país el funcionamiento de la ANMAT nada tiene que ver con los laboratorios.
Existen infinidad de fármacos que traen aparejados efectos secundarios que no se conocen por años, incluso décadas. Ahora bien, ¿los organismos guberna- mentales los pasan por alto a propósito o simplemente a veces lleva años su descubrimiento? La primera opción es una teoría meramente conspirativa, casi de ciencia ficción. La realidad es que determinar las consecuencias adversas de determinados principios activos es una tarea engorrosa, costosa e insume mucho tiempo.
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En la década del 50 la industria farmacéutica consiguió la mayoría de edad. Los laboratorios norteamericanos, alemanes, británicos, franceses y suizos ya ela- boraban remedios novedosos y eficaces. El mercado se vio inundado de nuevos antibióticos (penicilinas modificadas químicamente para destruir a las bacterias que se habían hecho resistentes a los productos más antiguos), antihistamínicos para tratar alergias como la urticaria o la fiebre del heno, analgésicos, somníferos y anestésicos, a medida que las empresas invertían cada vez más en I+D.
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