Page 499 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar

medicación psiquiátrica, y en esto mucho tiene que ver la era de las ben- zodiacepinas y la pastilla de la felicidad.
Las subespecialidades
Ya hemos mencionado a la neuropsiquiatría como una de las subespecialidades de la psiquiatría, pero existen varias más. Algunas de ellas son la de adicciones, trastornos alimenticios y sueño.
Los especialistas en adicciones son aquellos que tratan a las pacientes que quieren superar una adicción, ya sea el alcohol, tabaco, cocaína e incluso sin que entre en juego ninguna sustancia, como la ludopatía, apuestas o sexo. Los médicos que abordan desórdenes alimenticios tratan a individuos que pade- cen anorexia, bulimia y adicción a la comida (son algunos de los trastornos emocionales más destructivos para la mente y el cuerpo de las personas). Por otra parte, el psiquiatra del sueño se ocupa de las personas que sufren insom- nio, terrores nocturnos, sonambulismo y narcolepsia.
En ambos extremos de la pirámide del rango etario se ubican la psiquiatría infan- to-juvenil y la geriátrica. Los niños pueden sufrir enfermedades mentales, como el autismo o el TDAH, mientras que la población anciana es propensa a desar- rollar trastornos emocionales debido al propio envejecimiento o a la disminución de las capacidades físicas. Es por ello que existen galenos que conocen sus características emocionales y cerebrales.
¡Incluso hay psiquiatras forenses y militares! Los primeros cumplen un rol clave para el poder judicial porque se encargan de evaluar el grado de responsabilidad penal que tienen los acusados de cometer algún crimen en base a un análisis de sus capacidades cognitivas. Los psiquiatras militares son poco conocidos, pero tienen una gran importancia ya que se encargan de tratar todas las alteraciones emocionales que pueden sufrir los soldados que han vuelto de la guerra (como el estrés postraumático o la depresión).
El cambio de paradigma
El mercado de productos psiquiátricos es uno de los segmentos que más ha crecido en las últimas décadas debido al descubrimiento de trastornos preexis- tentes. El estrés, los malos hábitos y un deterioro general en la calidad de vida de las personas no ha hecho otra cosa que agravar dichos trastornos.
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