Page 20 - Auge y caída del antiguo Egipto
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aquel «día memorable» —como más tarde lo calificaría el propio Carter—
estaban también la hija de Carnarvon, lady Evelyn Herbert, y un viejo amigo de
Carter, Arthur «Pecky» Callender, un directivo de ferrocarriles retirado que solo
hacía tres semanas que se había incorporado a la excavación. Aunque era un
novato en arqueología, los conocimientos de Callender sobre arquitectura e
ingeniería hacían de él un miembro útil en el equipo. Su minuciosidad y
formalidad eran del agrado de Carter, y además estaba bastante acostumbrado a
los frecuentes cambios de humor de este último.
Justo tres días después de que se iniciara la temporada de excavaciones (que
había de ser la última, ya que ni siquiera la fortuna de Carnarvon era inagotable),
los operarios habían descubierto un tramo de escalones que descendían por el
lecho de roca. Una vez que se hubo limpiado a conciencia la escalera, se
descubrió un muro de protección exterior cubierto de yeso que tenía grabada una
impronta de sello. Aun sin haber descifrado la inscripción, Carter sabía lo que
significaba: había encontrado una tumba intacta del período de la historia del
antiguo Egipto conocido como Imperio Nuevo, una época de grandes faraones y
hermosas reinas. ¿Era posible que detrás del muro de protección se hallara el
trofeo por el que Carter había estado luchando desde hacía siete largos años, la
última tumba todavía no descubierta del Valle de los Reyes? Siempre atento a la
corrección en las formas, Carter había dado prioridad ante todo a las buenas
maneras y había ordenado a sus operarios que volvieran a tapar el tramo de
escalones hasta que llegara, procedente de Inglaterra, el hombre que financiaba
la expedición, lord Carnarvon. Si existía la posibilidad de que se hiciera un gran
descubrimiento, lo más correcto era que el mecenas y el arqueólogo lo
compartieran. Así, el 6 de noviembre Carter le envió un telegrama a Carnarvon
en estos términos: «Finalmente he hecho un maravilloso descubrimiento en el
valle; una magnífica tumba con sellos intactos; recuperada igual a su llegada;
enhorabuena».
Tras diecisiete días de viaje en barco y en tren, el conde y lady Evelyn
llegaron a Luxor, donde les esperaba un impaciente y excitado Carter. A la