Page 76 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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bre en jeroglífico de tal faraón (720-715 a.C.), vaso estudiado por A. Momigliano, así
como las tumbas delle Pantere, dei Ton’ del Orco I, degli Scudi, del Tifone, degli Auguri, del
,
Triclinio, delle Olimpiadi, dei Leopardi, delle Leonesse, delle Bighe, delle Nave, della Caccia e
della Pesca, dei Giocoleri, del Barone y del Letto Funebre. Y, por supuesto, otras más, todas
ellas enriquecidas con numerosa cerámica y con notables sarcófagos de piedra, már
mol y alabastro (hay que recordar el de Laris Pulenas, los de la familia Partunu, sobre
todo el de Velthur, muerto a los ochenta y dos años, y los de las familias Alvethna,
Camna y Pumpu) y abundante material proveniente de Fenicia, Grecia y Oriente.
Tarquinia mantuvo casi siempre su condición de importante mercado, aparte de
sobresalir en la elaboración de manufacturas de bronce y cerámicas finas.
El hecho de disfrutar de los recursos metalíferos de los montes de la Tolfa —ya
desde el Bronce final— hizo de ella un centro comercial de enorme significado. La pér
dida luego del distrito minero de la Tolfa a favor de Caere, a finales del siglo viii a.C.,
file motivo de una gran recesión económica. Pronto, y gracias a su puerto marítimo,
volvería la prosperidad a sus gentes. A partir del 280 a.C., como se ha dicho, el pro
ceso de romanización hizo perder importancia a la ciudad.
Vulci
Por encima de Tarquinia se extendía el territorio vulcente, sin duda el más exten
so de toda la Etruria meridional. Su capital, en la orilla derecha del río Fiora, fue Vulci
(en etrusco Velcha, en griego Olkion y en latín Vulcii y Volcei), levantada sobre una co
lina, situada a unos 12 Ion del mar, en donde el enclave de Regae —Estrabón (V, 2)
lo llamó Rigisvilla— (hoy Le Murelle) funcionaba como puerto.
Todo su territorio ya apareció poblado en tiempos protovillanovianos (valle del
Fiora y del Olpeta) y villanovianos, llegando a alcanzar su apogeo, aunque lentamen
te, en el siglo v iii a.C., momento en que se convirtió en una indiscutible metrópoli.
Sin embargo, sus restos arqueológicos tan sólo testimonian la fase final de su desa
rrollo urbano, posterior al siglo rv a.C.
Vulci, muy poco citada en las fuentes, destacó por su gran actividad artesanal, es
pecializada en la labra de estatuas, fabricación de bronces —un bronce vulcente fue
localizado en la acrópolis de Atenas— y cerámicas. Su comercio con los griegos de
Pitecusa y de Cumas, de donde importaba cerámicas corintias, jónicas y áticas, ade
más de otros productos de lujo, que luego redistribuía entre otras ciudades etruscas,
transapenínicas, corsas y de la costa francesa, fixe muy activo.
Del siglo vil a.C. es la principesca Tomba del Cano di Bronzo, descubierta intacta
en 1965, con materiales orientalizantes. Algo posteriores (siglos vi-v a.C.) son las tumbas
de las necrópolis de Poggio Maremma, Cavalupo, Osteria, Polledrara, Ponte Rotto y
Ponte Sodo. En la de la Osteria sobresalen las tumbas conocidas como del Gueniero, que
ha documentado la panoplia de un hoplita etrusco de los años 520-510 a.C., y la de la
Panatenaica, ésta con numerosos vasos cerámicos jonios, corintios y áticos de formi
dable calidad.
De época posterior son algunos ejemplares de tumbas con túmulo, como la de Cuc-
cumella, en la necrópolis de Cavalupo, de planta compleja y enorme túmulo de casi 65
m de diámetro y 18 de altura, o los hipogeos de época clásica y helenística (Tomba dei
Prusinas —también llamada delle Iscrizioni—-, Tomba dei Tutes —con 18 sarcófagos adosa
dos, utilizados por cuatro generaciones—, Tomba dei Tamas y Tomba dei Tetnies).
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