Page 81 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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En la etrusca Blera, centro no muy floreciente, distante de Norchia unos 15 km,
son visibles, además de unos pocos restos de sus murallas, más de un millar de tum
bas, fechables entre los siglos vil y v a.C., excavadas sobre varios planos topográficos
en los despeñaderos de su agreste roquedo, trabajado por el riachuelo Biedano, que
fueron reutilizadas hasta la época helenística. Constituyen otros tantos hipogeos,
con fachada exterior decorada y coronada con un cipo que individualizaba las tum
bas. El sector más interesante y mejor conservado es el del Pian del Vescovo, con
tumbas excavadas de variada tipología.
En su necrópolis de Pian del Vescovo hay que resaltar la tumba conocida como
Grotta Dipinta, de sencilla planta, y la denominada Tomba della Sfinge, tumular y con
dos cámaras sepulcrales. Es también destacable, al norte de Blera, Cerrachio, con res
tos de su hábitat, y el área de Grotta Porcina, con un gran túmulo de 28 m de diáme
tro, conocido como del Castelluzzo o Grande Ruota.
Más hacia el este se halla San Giuliano, colina con restos que tal vez puedan iden
tificarse como pertenecientes a la etrusca Cortuosa. Además de algunos cuniculi, pozos y
vestigios de su muralla, lo más significativo son los testimonios arqueológicos de algu
nas de sus necrópolis con tumbas de variada tipología. Sobresalen la Tomba Rosi, la
Tomba Costa, ambas del siglo vi a.C., y la Tomba Cima, un túmulo orientaliz;ante de
grandes proporciones. En la necrópolis del Caiolo son de interés la Tomba de idéntico
nombre —un túmulo con vestíbulo y cámara sepulcral—, la del Ceruo, flanqueada por
una espectacular escalinata, y la della Regina, tumba a dado de doble alia.
Un poco más al sur se halla San Giovenale, dominando la Vesca, un afluente del
Mignone, sede probable del antiguo oppidum etrusco de Contenebra, con habitáculos
que van desde las típicas cabañas villanovianas hasta restos de casas etruscas. En sus
afueras se ubicó, siguiendo la tónica general, la necrópolis del Vignale, con tumbas
orientalizantes y arcaicas, similares a algunas tumbas dispersas de su área (Porzarago,
Grotta Tufarina y Fosso Pietrisco). Muy interesantes son los restos del puente sobre
el torrente Pietrisco, que constituye el único puente conocido de tiempos etruscos.
Lo mismo cabe decir del altiplano de Luni sul Mignone, al oeste de San Giovena
le, altiplano ocupado desde épocas remotísimas y que, además de tumbas de fachada
rupestre, ha facilitado restos de grandes cabañas de planta rectangular con fundamen
tos de piedra y materiales apenínicos asociados a cerámicas micénicas, que precedieron
a la ocupación etrusca del siglo vn a.C. y de la cual han llegado escasos restos.
O tras c iu d a d e s d e la Et r u r ia m e r id io n a l
Aunque menos importantes, otra serie de enclaves de esta área geográfica conta
ron con establecimientos etruscos. Podemos citar, entre otros muchos, los yacimien
tos del lago Bracciano, cuyas orillas se repartían las ciudades de Caere y Veyes, así
como los de Civitavecchia y los existentes en los montes de la Tolfa, con numerosas
necrópolis.
Restos no exentos de interés arqueológico se han detectado en Acquarossa, no le
jos de Viterbo, los cuales han ilustrado en buena parte la urbanística etrusca, siendo no
tables las ruinas de una vasta mansión residencial, a modo de regia, del siglo vi a.C., que
ocuparía el dinasta local. Lo mismo cabe decir de lo hallado en la estratégica Feren-
to, fundada en el siglo rv a.C., y en Tuscania, enclave este que a partir del siglo vi a.C.
entró a formar parte del territorio de Tarquinia. Aunque los restos etruscos localiza
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