Page 33 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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Los pintores de vasos de figuras rojas representaron a veces en el
       mismo vaso el rapto de Helena, y por el lado opuesto el momento en
       que su esposo se la llevó, como en el skiphos firmado por Macrón104,
       artista prolífico al que se atribuyen 350 vasos.



       A m o r de París
          Los amores de Paris son de carácter totalmente diferente a los de
       Aquiles. Había una disputa entre Hera, Atenea y Afrodita, a propósi­
       to de cuál de las tres era más bella. Zeus nombró como juez a Paris,
       que se encontraba en ese monte. Las tres diosas intentaron sobornar­
       lo: Hera le ofreció el dominio del universo; Atenea, la sabiduría y la
       victoria, y Afrodita el amor de la mujer más hermosa, que en ese mo­
       mento era Helena de Esparta, esposa de Menelao. Los griegos se ha­
       bían comprometido a declarar la guerra al que la raptara. Este hecho
       provocó la guerra de Troya, en la que Afrodita favoreció la causa de
       los troyanos y Hera y Atenea la de los griegos.
          El amor de Paris es un amor adúltero, distinto del de Aquiles. Pa­
       ris decidió raptar a Helena. Su primo Eneas, por indicación de Afro­
       dita,  su madre,  le  acompañó  hasta la corte de  Menelao  en Esparta,
       donde Paris sedujo a Helena y la llevó a Troya, tomando además gran
       cantidad  de  tesoros  de  Menelao.  Poco  tiempo  después  el  ejército
       aqueo ponía sitio a Troya.


       A quiles y Patroclo

          Tanto la literatura griega como el arte han tratado los distintos epi­
       sodios  que  Aquiles  protagonizó,  catalogados  exhaustivamente  por
       A. Kossatz-Deissmann105. Tan sólo nos detendremos en varios relatos
       que son fundamentales para comprender la personalidad de Aquiles y
       su comparación con Paris. Ante todo hay que resaltar la amistad de
       Aquiles con Patroclo. En esta saga es donde Aquiles se muestra más
       profundamente humano, y descubre uno  de los  aspectos  más fasci­
       nantes de su personalidad: su amistad desinteresada y continua con su
       amigo. Esta cualidad de Aquiles se muestra bien patente en el cuenco
       de Berlín, del pintor Sosias (c. 510-500 a.C.) hallado en Vulci, fechado


         104 J. Boardman, Athenian Red Figure Vases. The Archaic Period, 318, figs. 1-2
         105  Op. cit., 73-114, 122-133,177-200.

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