Page 81 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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La fuerza sinuosa y sutil que representa Metis queda,
a partir de entonces, totalmente incorporada a la persona
de Zeus. De ese modo, no nacerá ningún hijo varón que,
llegado el momento, domine a su padre. Así se invierte lo
que es la suerte común de los humanos: por fuerte, pode
roso, inteligente, real y soberano que sea un hombre, lle
gará el día en que el tiempo acabará con él, en que la edad
le pesará, y en que, por consiguiente, el vástago que ha en'
gendrado, el niño que hacía saltar sobre sus rodillas, que
protegía y alimentaba, se convertirá en un hombre más
fuerte que él y ocupará su lugar. En cambio, en el mundo
de los dioses, una vez instalado y establecido Zeus, nada
ni nadie podrá apartarlo para ocupar su trono.
Tetis, gracias a su don, la magia de la metamorfosis, es
una criatura deslumbrante y seductora. Dos dioses princi
pales se enamoran de ella: Zeus y Poseidón. Se la dispu
tan, y los dos están dispuestos a hacer lo que sea para
tenerla por esposa. En el conflicto que enfrenta en el
mundo divino a Zeus y Prometeo, la baza en que más
confía el Titán, la carta que tiene escondida, es que es el
único que conoce un terrible secreto: si Zeus realiza su de
seo, si consigue unirse a Tetis, un hijo suyo hará con él al
gún día lo mismo que hizo con su padre Cronos, y Cro
nos con su padre Urano. La lucha entre las generaciones y
la rivalidad que enfrenta a los jóvenes con los viejos, al
hijo con el padre, quedará establecida para siempre en el
mundo divino y cuestionará eternamente el orden in mu-
table que Zeus pretende instituir en cuanto soberano del
universo.
¿Cómo consiguió enterarse Zeus de este secreto tan
celosamente guardado por Prometeo? Una de las leyendas
cuenta que este último se reconcilió con Zeus, y Heracles,
con la aprobación del rey de los dioses, liberó al Titán a
condición de que aceptara revelar todos sus secretos. Así
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