Page 82 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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pues, Zeus se entera del peligro, al igual que Poseidón.
Los dioses renuncian entonces a unirse con Tetis. ¿Perma
necerá perpetuamente virgen y jamás conocerá el amor?
No, los dioses son magnánimos y descargarán sobre los
hombres esa fatalidad que hace que, llegado el momento,
haya que ceder el sitio a los jóvenes. Tetis engendrará un
hijo mortal extraordinario desde todos los puntos de vista
y que superará en cualquier plano a su progenitor: un hé
roe modelo que representará, en el mundo de los hom
bres, el colmo de las virtudes guerreras. Será el mejor y el
inigualable. ¿Quién será ese niño? El hijo de Tetis y de Pe
leo, Aquiles. Es uno de los grandes protagonistas de la
guerra de Troya, cuyo desencadenamiento va estrecha
mente unido a esta historia.
LAS NUPCIAS DE PELEO
Así pues, Zeus y los dioses deciden por unanimidad
que el tesalio Peleo, rey de Ptía, debe casarse con Tetis.
¿Cómo conseguir el consentimiento de la diosa? ¿Cómo
convencerla de que se rebaje a casarse con un simple mor
tal, aunque se trate de un rey? No corresponde a los dioses
intervenir e imponer a uno de los suyos semejante mala
boda. Es preciso, por tanto, que Peleo se las apañe en soli
tario para conquistar a su futura esposa, que haga con ella
lo mismo que otros héroes que consiguieron someter a di
vinidades marinas y las obligaron a satisfacer sus deseos.
Es lo que ha hecho Menelao al luchar victoriosamente con
Proteo y sus metamorfosis a fin de que le revele qué ha de
hacer para poder volver a Esparta. Por consiguiente, Peleo
tendrá que raptar a Tetis para trasladarla, de acuerdo con
el rito, de la morada marina donde vive ai palacio que es
residencia y hogar de su futuro esposo.
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