Page 46 - ¿Y si quedamos como amigos?
P. 46

******Created by ebook converter - www.ebook-converter.com******




             Levi se tomó mi silencio como una invitación a proseguir.
             —Así que esperaba que me ayudaras a escoger un regalo para Emily.
             “¡SONRÍE!”

             —¡Oh, genial! —repuso Levi.
             Aunque  yo  no  había  dicho  nada,  juzgó  por  mi  estúpida  sonrisa  que  lo  ayudaría
          encantada a elegir un regalo.
             Levi me llevó a la joyería.
             —Qué buena onda. No sabía si te sentaría mal que te lo pidiera, pero ¿quién conoce

          a Emily mejor que tú?
             Algo de razón tenía. Yo no entendía por qué todo aquel asunto me ponía tan mal. Él
          seguía  siendo  el  mismo. Y  estaba  claro  que,  antes  o  después,  uno  de  los  dos  iba  a

          acabar  saliendo  con  alguien.  Además,  siendo  prácticos,  su  relación  impedía  que  la
          gente diera por supuesto que andábamos.
             —Claro que te ayudaré —accedí—. ¿Qué tenías pensado?
             —Bueno, estuve aquí con mi mamá la semana pasada y vi un collar. Quería saber qué
          opinas —me llevó a una vitrina llena de cadenas de oro y plata con colgantes diversos.

          Señaló la del centro—. Ésa, pero con una E.
             Me dio un vuelco el corazón cuando vi el collar al que se refería. Era una cadena de
          plata con un colgante que llevaba grabada una P.

             Retrocedí unos pasos. El suelo empezó a oscilar bajo mis pies.
             Oí a Levi preguntarme si me encontraba bien, pero no podía concentrarme. Lo veía
          todo borroso. Ya no oía lo que estaba diciendo; en realidad no podía hacer nada.
             —No puedo respirar, tengo que…
             Salí de la tienda dando traspiés y me senté en el piso, junto a una fuente. Puse la

          cabeza entre las rodillas y traté de respirar con normalidad.
             —Macallan, ¿qué pasa? —a Levi se le quebró la voz—. Por favor, háblame.
             Empecé a sollozar.  No podía recuperar el aliento.  Necesitaba respirar.  Tenía que

          tranquilizarme y respirar.
             No  podía.  Justo  cuando  pensaba  que  estaba  mejorando,  recibía  un  golpe  bajo. Y
          siempre sucedía cuando menos lo esperaba. Siempre.
             —¿Macallan? —sacó el teléfono—. Señor Dietz, estoy con Macallan. No sé qué le
          pasa, creo que ha tenido un ataque de pánico o algo así.

             “Mi papá no”, pensé. “Por favor, no metas a mi papá en esto.”
             Sin saber cómo, reuní fuerzas para estirar el brazo y tocarle la pierna.
             —Espere,  creo  que  quiere  decirme  algo  —Levi  se  arrodilló—.  Tu  papá  quiere

          hablar contigo.
             Levi me acercó el celular al oído.
             —Calley, cariño, ¿qué tienes? —mi papá parecía preocupadísimo. Me sabía fatal lo


          ******ebook converter DEMO - www.ebook-converter.com*******
   41   42   43   44   45   46   47   48   49   50   51