Page 78 - Debate anti-utopico
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                  capitalismo como único sistema-mundo, frente al cual resulta inútil pro-
                  poner el socialismo o comunismo de corte soviético, cubano y marxista.
                     Tampoco existe una “izquierda mala o diabólica”, especializada en el
                  sabotaje, la revolución violenta y defensora de la economía centralizada
                  en el poder del Estado como órgano absolutista e inclusive totalitario.
                  La polarización entre izquierdas buenas y malas debido a sus posturas
                  económicas a favor o en contra de las políticas de mercado, resulta falaz,
                  histórica y teóricamente. La izquierda siempre estuvo identificada con la
                  igualdad y justicia social, con las utopías de cambio, con las revoluciones
                  sociales y, finalmente, con la derrota del sistema capitalista.
                     El problema de las izquierdas del siglo XXI y otras tendencias simila-
                  res como el Laborismo Británico y los partidos social-demócratas, radica
                  en que éstos sencillamente se acomodaron a los procesos electorales de
                  la democracia como régimen de gobierno global, aprovechando pragmá-
                  ticamente los programas económicos de las posiciones de derecha que
                  trataron de implementar con fuerza todo tipo de políticas de libre mercado.
                     El período electoral del año 2005 en Inglaterra se caracterizó por
                  ataques personales y duras acusaciones en las presentaciones y debates
                  políticos de los tres principales candidatos de aquella época: Tony Blair
                  del Partido Laborista, Michael Howard del Partido Conservador y Char-
                  les Kennedy de los Demócratas Liberales. Las diferencias en cuanto a las
                  principales propuestas de gobierno fueron solamente de matices, pues las
                  preferencias en favor de Blair obedecieron, básicamente, a tres elementos:
                  primero, la falta de contundencia en el liderazgo del principal partido
                  de oposición, es decir, en la figura de Michael Howard, ex Ministro del
                  Interior de John Major, cuyo gobierno conservador perdió claramente
                  ante el Laborismo en 1997.
                     El segundo elemento fue el manejo exitoso de la economía de mer-
                  cado donde los laboristas, a la cabeza de Gordon Brown (Chancellor of the
                 Exchequer), el más poderoso ministro de economía de Blair, conquistaron
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