Page 124 - libro de los detalles plasticos en el arte romanico.Fernando Ezquerra Lapreta
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La iglesia necesitaba dejar muy claro que ella era la única mediadora en la Tierra, a
                  través  de  la  liturgia,  del  culto  (Latría)  a  Dios.  Un  culto  que,  entre  otras  cosas,  le

                  aportaba bienes gananciales y no únicamente de naturaleza espiritual.

                  En su profesión de fe sobre la naturaleza espiritual de los ángeles y en el siguiente

                  texto de San Pablo, pudo encontrar la iglesia la justificación de sus actos:

                  “Que ninguno, pues, os juzgue por la comida o la bebida, por las fiestas, los novilunios
                  o los sábados, sombra de lo futuro, cuya realidad es Cristo. Que nadie con afectada
                  humildad o con el culto de los ángeles os prive del premio; haciendo alardes de lo que
                  ha visto, hinchándose vanamente bajo el efecto de su inteligencia carnal."(Col. 2, 16-     4
                  18)



                         Este texto podría servir para:

                  1. Defender determinadas prácticas que se podrían estar dando dentro de la Iglesia:
                  “Que ninguno, pues, os juzgue por la comida o la bebida, por las fiestas, los novilunios

                  o los sábados”

                  2.  Atacar  a  los  defensores  de  la  propuesta  de  una  nueva  iglesia,  la  de  los  nuevos
                  eremitas, los milenaristas y otros movimientos espirituales. A través de este texto los

                  podría acusar:

                  a) De falsa humildad: “Que nadie con afectada humildad”

                  b) De visionarios: “haciendo alardes de lo que ha visto”


                  c) De ofrecer culto a los ángeles: “con el culto de los ángeles”

                  d) Para privarles del premio que ofrece la propia Iglesia: “os prive del premio”

                  e) De su vanidad intelectual: “hinchándose vanamente bajo el efecto de su inteligencia

                  carnal.”



                         El culto a los ángeles puede privar del premio, la eternidad. Por eso, se ha de

                  pasar  por  la  Iglesia,  la  única  mediadora.  La  Iglesia  debía  contra  argumentar.  Los
                  ángeles ya no son necesarios, porque su culto puede llevar a estar al margen de la

                  Iglesia, de Cristo, y a no alcanzar el premio, la eternidad. Además, lo dijo el mismo San
                  Pablo.  De  esta  manera,  la  Iglesia  era  la  única  mediadora  entre  el  hombre  y  Dios  a

                  través de su liturgia.
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