Page 136 - libro de los detalles plasticos en el arte romanico.Fernando Ezquerra Lapreta
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Para acabar, un poco de literatura en homenaje a Robert de Ketton y sus sabios
peregrinos por las tierras del Arcedianato de la Valdonsella.
“Este será nuestro destino, si dejamos de ser quienes somos. Nosotros, los
auténticos adoradores, descendientes de los viejos Culdees. A la manera de los Reyes
Magos, los sabios caldeos, los primeros hombres no judíos que intuyeron a Dios en el
camino de las estrellas, somos peregrinos. 16
Mallau, tienes razón. Seguimos las enseñanzas de la teología de la luz desde
Abrahán, el patriarca que conoció a Dios por el movimiento de los astros. Un hombre
sabio que también fue capaz de creer a Dios cuando le dijo: “Sal de tu tierra”.
Y, hablando de caminos y de movimiento, ¿por qué no nos movemos un rato?
Empiezo a tener frío.
Sin esperar la respuesta del canónigo, se levantó de la piedra en la que estaba
sentado y se puso a caminar alrededor de la iglesia. La luna todavía permitía ver entre
las sombras de la noche. Después de haber caminado en silencio unos cuantos metros,
fue el prior el que volvió a hablar.
También, como Abrahán, nosotros obedecimos la ley divina y abandonamos para
siempre nuestra patria, nuestras queridas islas.
Sí, viejo amigo, estamos haciendo nuestra Peregrinatio Propter Christum, la
peregrinación sin retorno hacia el encuentro con Cristo.
Solo buscamos nuestra verdadera patria, el Cielo”.
(De la novela Los traductores del Arba)