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que es la salvación eterna, las leyes o mandatos que descansan en la razón y según los cuales algo es inducido a obrar, deben, orientarse hacia la consecución del bien común. Al comparar estas evidencias, Santo Tomás distingue tres clases de leyes, la natural, la positiva y la eterna. La ley natural administra y ordena los actos de los seres naturales para la apropiada realización de los bienes que les son propios, este filósofo toma del pensamiento griego la noción de naturaleza como principio dinámico intrínseco que establece el comportamiento ordenado de los seres naturales, a la vez que la idea de que puede esgrimirse el criterio de la naturalidad para diferenciar la conducta buena de la mala, o sea lo bueno es lo natural y lo malo lo inverso a ella. Al mismo tiempo, añade a esta idea griega la tesis de que las tendencias naturales reposan en último término en Dios, quien por su providencia preside todas las cosas y les da las solturas provechosas para su perfección. En los seres irracionales la ley eterna asentada en su naturaleza da lugar a sus acciones de manera pasiva y necesaria, en los hombres reposa en su razón y se realiza a partir de su voluntad y libertad. Santo Tomás descifra la ley natural como la ley moral, y la identifica con la razón humana que decreta hacer el bien e impide hacer el mal. La ley moral es racional pues es impuesta por la razón y natural porque la razón es un rasgo de la naturaleza humana y refiere las acciones beneficiosas para los fines apuntados en nuestra naturaleza. La ley natural contiene los cánones básicos que presiden la vida moral, el primero de los cuales es debe hacerse el bien y evitarse el mal y en el que se fundan todos los demás cánones de la ley moral. Dado que la ley natural se basa en la naturaleza humana, y ésta en Dios, la ley natural no es convencional, es inmutable y la misma para todos, es universal. La ley positiva o ley que difunden los Estados, debe ser expresión de la ley natural para ser justa y buena y, por tanto, no será convencional. La ley natural tiene su origen y fundamento en un orden más dilatado, el orden del Universo, expresión de la ley eterna, ley inmutable que respira en la propia razón de Dios y de la cual emanan todas las 130