Page 129 - Libro de Compilacion 2019_Neat
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                  como se comprueba observando que siempre, o casi siempre, obran de la misma                  manera para conseguir lo que más les conviene; por donde se comprende que no                  van a su fin forjando al acaso, sino intencionadamente. Ahora bien, lo que escasea                  de conocimiento no tiende a un fin si no lo rige alguien que entienda y conozca, a                  la manera como un futbolista patea la pelota a la arquería, pronto existe un ser                  inteligente que dirige todas las cosas naturales a su fin, siendo este Dios.                        Es menester desatacar, que Santo Tomás pretende preservar la posibilidad                  del conocimiento de Dios sin disminuir la calidad de su ser, evitando dos polos, el                  aseverar la posibilidad del conocimiento de Dios a costa de acercar demasiado su                  ser  a  las  cosas  del  mundo;  y  la  otra  aislar  radicalmente  a  Dios  del  mundo,                  negando con ello la posibilidad de su conocimiento racional. Para lo cual empleó                  varios  recursos,  afirmándose  a  Dios  únicamente  en  aquellas  propiedades  puras                  que  no  traen  consigo  imperfección;  se  obtiene  un  concepto  negativo  de  Dios                  negando de Dios las propiedades de las criaturas que envuelven imperfección; la                  eminencia  se  dice  que  Dios  tiene  de  forma  infinita  las  perfecciones  que                  encontramos en las criaturas. La analogía recuerda que las palabras empleadas                  para  pensar  a  Dios  no  tienen  exactamente  el  mismo  significado  cuando  las                  utilizamos  para  referirnos  a  las  cosas  finitas,  pero  tampoco  equívoco,  sino                  analógico, en parte igual y en parte distinto.                        Según  Fonseca  (2015),  la  doctrina  política  de  Santo.  Tomás  es  una                  recapitulación de  la  política  aristotélica  y  de  sus  creencias  cristianas,  el hombre                  tiene un fin sobrenatural, pero debe alcanzarlo a través de su despliegue y su vida                  en el Estado, no obstante, de forma completa, sólo lo consigue en la otra vida., el                  Estado es una institución natural cimentada en la naturaleza del hombre.                        El  hombre  es  un  ser  político  que  vive  en  comunidad  lo  cual  requiere  un                  gobierno que mire por el bien común, tanto la sociedad como el gobierno, por ser                  connaturales al hombre, tienen en último término justificada su existencia en Dios,                  creador de la naturaleza humana. Como el fin sobrenatural del hombre consiste en                  conseguir la santidad eterna, que es idoneidad de la Iglesia, el Estado, aun siendo                  autónomo, queda subordinado indirectamente a aquella, debiendo guiar y legislar                  para que los ciudadanos vivan honestamente y obtengan el fin que les es propio,                                                             129
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