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descubrimiento generador de conocimiento científico” (p. 77). Al respecto, este autor considera que el primer paso del investigador es definir de manera precisa el objeto de la investigación o hecho investigado, como finalidad a la que dirige su acción, así como concluye que la investigación “tiene que desarrollarse necesariamente a través del adecuado método científico, entendido como el camino que ha de seguirse en las ciencias para la obtención y trasmisión de un conocimiento científico” (Sánchez: 2012, p. 777). En cuanto al método científico Bunge (2002), señala que es “la manera de hacer buena ciencia, natural o social, pura o aplicada, formal o fáctica” (p. 49) y más adelante agrega que es “la manera de conducir investigaciones científicas” (ibídem), el cual no constituye una panacea como consideran algunos, sin embargo se encuentra unida a la investigación científica que deben aprenderse juntas. No existe acuerdo de lo que es el método científico, aunque método en general ha sido considerado como algo regular, explícito y repetible, para alcanzar un objetivo material o conceptual, el cual se populariza como se refirió anteriormente a partir del renacimiento. El método científico para Bunge (2002) tiene como finalidad el descubrimiento del problema, el planteamiento preciso de dicho problema, la búsqueda de los instrumentos y conocimientos necesarios y relevantes a ese problema descubierto y planteado, la tentativa de una solución a ese problema mediante medios determinados, invención de una hipótesis, teoría o técnicas, producción de datos empíricos que permitan resolver el problema, determinar las consecuencias de la investigación, la contrastación de los resultados y la corrección de las ideas. Afirma Bunge (1980) que una idea es científica cuando puede ser contrastada, pero además requiere que el conocimiento que se está contrastando sea aceptado por la comunidad científica como ciencia. En relación a las ciencias fácticas surge en la modernidad el positivismo a partir de Augusto Comte, aunque otros autores han utilizado esta palabra en sus teorías, de los cuales podemos distinguir dos tendencias, la de Comte y sus 247