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Ser Agrícola
El Futuro Digital de la
Agricultura Africana
(Extracto de artículo del 18.05.2017 elaborado por Ndubuisi Ekekwe,
Fundador y Presidente del Instituto de Tecnología Africana).
Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO, por sus siglas en inglés), la población mundial alcanzará unos 9.100 millo-
nes de personas en 2050, y para alimentar a esa cantidad de
gente la producción global de alimentos necesitará aumentar un
70%. En África, que según las proyecciones realizadas contará
entonces con 2.000 millones de habitantes, la productividad
agrícola deberá acelerar a un ritmo mayor que la media mundial
a fin de evitar una hambruna masiva continua.
El desafío alimentario de África tiene varios frentes. La población
crece, pero está amenazada por la baja productividad agrícola,
agravada a su vez por los cambios meteorológicos, períodos de
barbecho más cortos y la migración desde las zonas rurales a las
ciudades, lo cual priva a las comunidades agrícolas de su pobla-
ción más joven. La mezcla de una mayor demanda de alimentación, un rendimiento potencial que no se alcanza y cada vez peores
tierras de cultivo deben impulsar el rediseño de un sector e industria agrícola que garantice la seguridad alimentaria. La agricultura
representa más del 30% del PIB del continente africano y emplea a más del 60% de su población trabajadora.
Durante décadas, los gobiernos africanos han utilizado diferentes instrumentos y medidas políticas para mejorar la productividad de
sus cultivos. Sin embargo, la mayoría de los agricultores sólo han mejorado de forma marginal su rendimiento. Algunos siguen
utilizando procesos tradicionales que dependen, básicamente, de convenciones históricas y herramientas como azadas y mache-
tes, que no han evolucionado desde hace siglos. No obstante, esto está a punto de cambiar. Los emprendedores africanos están
interesándose por cómo trabajan los agricultores del continente y cómo pueden ayudar a mejorar el rendimiento de las cosechas.
Las barreras de entrada para nuevas tecnologías agrarias se han reducido a medida que la computación en la nube, los sistemas de
computación, las herramientas de conectividad, el software de fuente abierta y otras herramientas digitales se han abaratado y
vuelto más accesibles. Ahora, los emprendedores pueden ofrecer soluciones pensadas para granjas africanas a pequeña escala y
a un coste que los agricultores se pueden permitir.
Por ejemplo, las imágenes aéreas tomadas desde satélites y drones, las previsiones meteorológicas y los sensores del suelo permi-
ten gestionar el crecimiento de las cosechas en tiempo real. Los sistemas automatizados proporcionan alertas tempranas en caso
de ocurrir alguna desviación del crecimiento previsto u otros factores.
Sin embargo, los emprendedores también tendrán que trabajar con las propias personas. Las viejas normas y tradiciones prevale-
cen en la agricultura africana. Del mismo modo que muchos agricultores rechazaron en principio los fertilizantes inorgánicos por
miedo a que envenenaran de forma irreversible la tierra,
muchas personas podrían oponerse a cambiar sus métodos
y formas de trabajar.
Los pioneros de la agrotecnología deberán convertir a otros
agricultores en 'creyentes' a través de demostraciones sobre
el terreno para demostrar que aplicar nuevas tecnologías
puede proporcionar mejores resultados. De hecho, con el
mayor optimismo se afirma que el hambre extrema sí puede
vencerse en África durante esta generación, si se transforma
significativamente la industria que emplea a la mayoría de
sus habitantes.
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