Page 353 - El Retorno del Rey
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consecuencia de las guerras y el miedo a Angmar, y porque la tierra y el clima
de Eriador, especialmente en el este, habían empeorado y se hicieron inhóspitos.
Algunos volvieron a las Tierras Ásperas y vivieron junto a los Campos Gladios,
convirtiéndose en un pueblo ribereño de pescadores.
En los días de Argeleb II llegó la peste a Eriador desde el sureste, matando a la
mayor parte del pueblo de Cardolan, especialmente en Minhiriath. Los Hobbits y
todas las otras gentes sufrieron mucho, pero la peste fue decreciendo mientras
avanzaba hacia el norte, y no afectó demasiado las partes septentrionales de
Arthedain. El fin de los Dúnedain de Cardolan ocurrió en este tiempo, y los malos
espíritus salidos de Angmar y Rhudaur entraron en los túmulos desiertos y se
instalaron allí.
Se dice que los túmulos de Tyrn Gorthad, como las Quebradas de los Túmulos
se llamaron otrora, son muy antiguos, y muchos fueron levantados en los días de
la Primera Edad por los antepasados de los Edain, antes de que cruzaran las
Montañas Azules y penetraran en Beleriand, de la que Lindon es todo lo que
queda ahora. Por tanto, esas colinas fueron reverenciadas por los Dúnedain
después de su regreso; y allí tuvieron sepultura muchos de sus señores y sus
reyes. [Dicen algunos que el túmulo en que el Portador del Anillo quedó
encerrado había sido la tumba del último príncipe de Cardolan, que cayó en la
guerra de 1409.]
En 1974 el poder de Angmar se hizo fuerte otra vez, y el Rey Brujo descendió
sobre Arthedain antes que terminara el invierno. Ocupó Fornost y rechazó a la
gran mayoría del resto de los Dúnedain más allá del Lune; entre ellos estaban los
hijos del rey. Pero el Rey Arvedui resistió hasta el final en las Quebradas del
Norte, y luego huyó hacia el norte con algunos miembros de la guardia; y
consiguieron huir gracias a sus caballos.
Por un tiempo Arvedui se ocultó en los túneles de las viejas minas de los
Enanos, cerca del lejano extremo de las Montañas, pero al fin el hambre lo
obligó a buscar la ayuda de los Lossoth, los Hombres de las Nieves de Forochel.
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Encontró a algunos reunidos en un campamento cerca de las orillas del mar;
pero no ayudaron al rey de buen grado, pues éste no tenía nada que ofrecerles,
excepto unas pocas joyas que para ellos carecían de valor; y tenían miedo del
Rey Brujo, quien (decían) podía traer la escarcha o el deshielo a su antojo. Pero,
compadeciéndose en parte por el macilento rey y sus hombres, y también
porque éstos iban armados, les dieron algo de alimento y les construyeron chozas
de nieve. Allí tuvo que esperar Arvedui a que le llegara ayuda desde el sur; pues
sus caballos habían muerto.