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Nosotros en una nueva congregación instalamos esa base desde el principio. A ve-
                ces la primera ofrenda que levantamos la consagramos para las misiones, no para la
                iglesia, sino que se destina a otra necesidad, ya sea dentro o fuera de la Argentina.
                Les decimos a los hermanos que este es un acto profético, porque queremos que sea
                una iglesia que no mire hacia adentro, a ellos mismos, sino que mire hacia fuera, a las
                necesidades de otros. Así es el corazón de Dios. Él nos ha dado a su Hijo, dio todo lo
                que tenía para amarnos, entonces queremos dar ese amor a otros.




                  Un tercer tema para enfatizar en el discipulado es el servicio.
                Warren Janzen escribió “Una propuesta para la plantación de iglesias en un reino que
                empieza de abajo hacia arriba” y señala que en Juan 12:23-26 encontramos un prin-
                cipio clave del reino de Dios que afecta el trabajo en equipo y que se relaciona con
                nuestra actitud básica en todo lo que hacemos en nuestro servicio al Señor.

                  Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
                De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo;
                pero si muere, lleva mucho fruto.

                  El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna
                la guardará.

                  Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno
                me sirviere, mi Padre le honrará.

                Janzen dice:

                     En ese texto, Cristo usa la ilustración del grano de trigo, el cual nos comunica la nece-
                   sidad de morir, morir a nuestros derechos, a nuestras ambiciones y a nosotros mismos.
                   Jesús estaba presentando un ejemplo perfecto del principio del reino que empieza de
                   abajo hacia arriba.

                     La muerte de Cristo trajo vida a todos los que en Él creen. Esta muerte se implanta en
                   sumisión, obediencia y abnegación (4:34; 5:30; 6:38; 8:29, 49-50).





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