Page 116 - ADN5final_copy
P. 116
¿Bajo qué estructura de autoridad y rendición de cuentas trabajaremos? Es preciso que la
nueva iglesia esté bajo la autoridad de una organización. Hoy en día hay muchas organi-
zaciones que ofrecen cobertura, pero en esto se debe tener cuidado, es riesgoso. La iglesia
debe constituirse bajo buenas autoridades que estén claramente establecidas. Preferente-
mente se debe trabajar con la misma organización del pastor o de la iglesia fundadora.
No es bueno ir buscando cobertura por distintos lugares, según la moda o el mover del
momento. En la actualidad se buscan maneras de no rendir cuentas. Yo soy partidario de
rendir cuentas en todo, y para eso es necesario ponerse bajo autoridad. Para ser autoridad
primero hay que estar bajo autoridad. A veces nos cuesta estar bajo autoridad, pero a la
larga esto bendice a la nueva congregación.
La nueva iglesia precisa una autoridad sobre ella que la cubra en oración, que influencie
con su estructura. Debe ser una organización que realmente glorifique a Dios, que tenga
temor del Señor, que no se desvíe de los principios bíblicos, de la doctrina, de la estructura
legal, y de la representación ante las autoridades.
En el caso de que sucediera algo grave, que el líder caiga en pecado o se desvíe, es saludable
contar con una buena estructura para saber cómo tratar el tema; no taparlo, sino ser trans-
parentes, claros, porque cubrir los pecados no ayuda a nadie, ni a la persona que produce
la ofensa ni a la congregación, nadie gana. Cuando hay transparencia hay claridad. No es
cuestión de esconder todo bajo la alfombra y pretender que no pasa nada; esto es un error
porque a la larga cuando uno no rinde cuentas, no hay claridad; siempre a la larga habrá
problemas que impedirán que la congregación avance, crezca.
Por lo tanto, es muy importante trabajar bajo una estructura que honre y glorifique
a Dios con un testimonio intachable. Tener autoridades arriba y poner autoridades
dentro de la nueva iglesia, de manera que con la estructura se dé un buen testimonio.
116