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Es muy importante que al constituir una nueva iglesia se arme una constitución y
estatutos, según lo indique la organización sobre la cual se registrará. También el fi-
chero del culto, y todos los trámites que demanda el gobierno. Muchas veces he visto
que algunos no le dan importancia a eso y patean la pelota para más adelante y al
tiempo tienen muchos problemas. Conozco un caso en el que no se habían hecho las
cosas bien y el pastor se encontró con el problema de que querían venir a embargarle
el templo por los impuestos atrasados del pasado. Al no tener en regla los papeles de
la institución, no tener fichero de culto... le resultó muy difícil mantener el lugar. Si
todo hubiese estado en orden no hubiera tenido problemas. Pero tuvo que correr de
aquí para allá.

Los papeles no son importantes hasta que se presentan problemas. Luego, cuando
las papas queman, suele ser tarde para empezar a buscar todo lo necesario. Se precisa
una buena administración, tener bien constituida la iglesia, el estatuto, todo en regla.
En esto debemos ser muy estrictos.

En muchas provincias las iglesias están exentas de los impuestos provinciales, pero
hay que hacer los trámites. Yo he pasado muchas horas en las entidades, buscando
papeles aquí y allá… Y cuando está arrancando la iglesia, generalmente, es el pastor el
que tiene que hacerlo o buscar a alguien que le ayude; demanda tiempo pero hay que
mantenerse encima de estas gestiones hasta que se logran.

Rick Warren, en su libro Una iglesia con propósito, cuenta que formó un equipo de
trabajo, una comisión en cada uno de los ministerios, puso personas encargadas de las
finanzas, de los ministerios de niños, de música, etc.

El manejo del dinero es un tema muy importante ya que un día, por supuesto,
tendremos que rendir cuentas a Dios por todo lo que hicimos con él. Administrar el
dinero personal es una cosa, pero administrar el dinero de Dios conlleva una respon-
sabilidad mayor. No es como una empresa cualquiera, es una empresa de Dios, y Él
demanda una organización, una estructura muy importante. Desde el momento en
que los ujieres reciben las ofrendas tenemos que saber qué camino tomará ese dinero,
qué proceso seguirá, cómo se tratará y en qué se utilizará.

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