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El plantador debe mantener un contacto permanente con las iglesias que lo res-
                   paldan en lo espiritual y material. Si por alguna causa estas dejaran de hacerlo, el
                   plantador no debe resentirse, sino orar y esperar un cambio en la situación, así
                   como también agradecer por el tiempo en que ha recibido ayuda.

                   No deberá forzar ni directa ni indirectamente a las iglesias a dejar de lado otros pro-
                   yectos misioneros o de establecimiento de nuevas iglesias para que apoyen su pro-
                   yecto. Tampoco puede pedir fondos a la congregación, si previamente no ha acor-
                   dado con el pastor la forma de hacerlo y ha recibido una autorización del mismo.







                   Generalmente los fondos reunidos para la plantación de nuevas iglesias son pro-
                   piedad de la denominación u organización, a través del Ministerio de plantación de
                   iglesias. Por lo tanto, el plantador necesita recibir autorización para la utilización
                   de los fondos que están a su nombre. El plantador rinde cuentas de su uso pre-
                   sentando un informe detallado de acuerdo al fin específico para el cual lo solicitó.

                   El plantador mantiene dos cuentas por separado: la concerniente a su sostén fami-
                   liar y los fondos destinados para su trabajo, rindiendo informes por separado del
                   movimiento de esas cuentas.



                   La relación entre el Ministerio de plantación de iglesias y el plantador no es de
                   empleador a empleado, sino que el primero es un canal y no una fuente. Por lo
                   general el Ministerio de plantación de iglesias no contará con recursos fuera de lo
                   que entre de la generosidad de las iglesias. Juntos, la organización y el plantador
                   pondrán su confianza en Dios y en la bondad de las iglesias locales para responder
                   ante sus necesidades. Es responsabilidad del plantador, a través de su esfuerzo, lo-
                   grar el sostén necesario, y usará todas las oportunidades de relación con las iglesias
                   locales manteniendo vivo el vínculo y la visión de su proyecto.




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