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b. Celebración por los logros personales. Quizá alguno de los plantadores obtuvo
                  un ascenso en su trabajo; otro quizá tuvo un bebé; tal vez otro finalmente cumplió
                  una meta personal a la que se había dedicado por un buen tiempo. Es muy impor-
                  tante celebrar tanto los logros personales como ministeriales.

                  4. PLANIFICAR ESTRATEGIAS.
                   En el proceso de planificar deberá hacerse las siguientes preguntas:
                  ¿Qué resultados queremos obtener de este ministerio?
                  ¿Cómo lo vamos a lograr?
                  ¿Qué está dando resultado y qué no?
                  Una de las mejores estrategias consiste en identificar cuáles son los mejores recur-
                  sos disponibles y si estamos obteniendo los máximos resultados de ellos.
                  También se trata de ayudar al plantador a determinar su filosofía de ministerio.

                  5. ENTRENAR EN LA DESTREZA MINISTERIAL.
                  Todo buen mentor se dedica a desarrollar las habilidades de los que están bajo su
                  mentoreo.
                  6. DESARROLLAR INTEGRALMENTE A LA PERSONA.

                  Todo buen mentor ayudará a los que entrena a identificar las áreas difíciles en el
                  desarrollo del carácter. El mentor debería preguntarle al plantador:
                  ¿Qué es lo que Dios quiere que cambies en tus relaciones interpersonales?
                  ¿Qué es lo que Dios quiere que se convierta en prioridad en tu vida?
                  Note que cada una de estas preguntas dicen algo acerca de lo que Dios le pide al
                  plantador. Al hacer esto, las preguntas se vuelven más personales ya que él (plan-
                  tador) podrá conversar contigo (mentor) sobre las áreas difíciles que él ya conoce.
                  Además, ya que Dios le demanda algo, es el plantador mismo quien tendrá que
                  rendirle cuentas a Dios.

                  7. DESAFIAR ESPECÍFICAMENTE.
                  Consiste en incentivar al plantador a hacer algo concreto. Nunca termine una
                  sesión de entrenamiento sin proveer un desafío visionario para el plantador que
                  está entrenando.




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