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B. VIDA PERSONAL. En muchas ocasiones, el tema de la vida personal es el causante
del colapso del ministerio de la persona entrenada. En más de una oportunidad
los problemas matrimoniales, el ambiente laboral aparte del ministerio, y muchas
otras situaciones más, son las que desvían a las personas del ministerio. Un buen
mentor deberá estar al tanto de la vida personal del plantador, para así poder
animarlo y considerar aquellos aspectos en su vida que puedan ser perjudiciales
para su ministerio.
C. RELACIÓN MENTOR-PLANTADOR. Un buen mentor deberá estar al día en su relación
con el plantador. No podrá ser un buen mentor si aparece y desaparece como un
relámpago para entrenar al plantador y más tarde verificar como le va. Necesitará
promover una relación duradera y continua.
2. PROCESO
A. ESCUCHAR ENFÁTICAMENTE. En Proverbios 18:13, NVI, leemos que es necio y ver-
gonzoso responder antes de escuchar. Aquellos entrenadores que responden an-
tes de escuchar, terminan haciendo el ridículo. Una recomendación que le servirá
es: “HABLE POCO, ESCUCHE MUCHO”. Al escuchar se deben utilizar todos los
sentidos, y debe hacerlo también con el corazón.
B. CUIDAR PERSONALMENTE. Existen tres formas en las que puede hacerlo:
• Responder a las necesidades.
• Responder a los sentimientos.
• Usar el conocimiento de otras personas que pueden tratar mejor las necesidades
que ha observado.
3. CELEBRAR VICTORIAS.
Se trata de gozarse con sus aciertos. Mencionemos algunas formas de celebrar las
victorias con aquellos a quienes entrena:
a. Celebrar el progreso obtenido. Siempre debe hacerse esta pregunta: ¿Qué es lo
que Dios está llevando a cabo en el ministerio o en la iglesia? Al formularse esta
sencilla pregunta puede darse cuenta en qué puede celebrar el progreso. Esto le
proporciona la oportunidad de expresar agradecimiento a Dios y celebrar el momento.
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