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La llave que abre una ciudad no es la misma que nos abrirá otra ciudad. Debemos en-
focar cuál es el objetivo a alcanzar y cómo podemos lograr esta tarea. Ver cuáles son
las características, cuáles son las necesidades, hacer un estudio previo demográfico y
definir ¿qué es lo que queremos lograr?, ¿a qué grupo de personas queremos llegar?,
¿cuál es el perfil?

Por supuesto que la iglesia es para todos, pero tienes que definir un perfil, porque en
un restaurant chino no se venderán hamburguesas, y una parrilla no va a vender solo
choripanes. Cada comercio tiene una definición. Entonces hay que definir qué es lo
que queremos lograr. Tener los objetivos bien detallados.

Estas son algunas preguntas que debemos hacernos acerca de las personas:
•¿Cómo son?
•¿Cuáles son sus necesidades?
•¿Dónde están?
•¿Quiénes viven en esta zona?
•¿Qué tipo de ingresos tienen?
•¿De qué viven, cuáles son sus trabajos?
Debemos conseguir datos, todo acerca de las personas, el promedio. Hay que estu-
diar las características de las personas para poder alcanzarlas.

Si relacionamos el evangelismo con la pesca podemos decir que hay que conocer a
quién estamos pescando. Los estudios demográficos nos muestran el tipo de pez al
que vamos a pescar, porque no se usa el mismo método para todo pez.

1) Saber a quién queremos pescar. Saber el tipo de pez, qué come, qué tipo de anzuelo usar.

2) Ir donde los peces están mordiendo. No donde, en cierto sentido, no es el tiem-
po, ni la gente demuestra necesidad de Dios.

3) Aprender a pensar como un pez. Ponernos del otro lado, ponernos en los zapa-
tos de la gente que está caminando por la ciudad, cuáles son sus características, qué piensan.

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