Page 225 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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—Rompí todas nuestras notas y las quemé —brinco. Brinco. —No hay forma de
           que Gallywix pueda recrear nuestros experimentos. Tiene algunos prototipos y un par de

           venenos ya mezclados, pero eso es todo. Cualquier cosa horrible que trate de hacer con
           la Azerita, no será por nosotros.


                    Brinco. Brinco.


                    —Saffy… ¡aw, eres un genio!


                    En  ese  momento,  el  pie  derecho  de  Grizzek  se  torció  en  una  roca  resbalosa
           cubierta por arena y escuchó algo romperse. Se tambalearon, y ésta vez, supo con amargo
           miedo que no iba a ser capaz de volver a levantarse. Tumbado bocabajo en la arena, no

           pudo  determinar  cuánta distancia  tendrían  que  poner  entre  ellos  y  la  bomba,  y  en  la
           oscuridad, no había logrado identificar el tipo de explosivo que Druz había metido entre
           los dos. ¿Estarían lo suficientemente lejos para sobrevivir si detonaba?


                    Hizo rechinar sus dientes contra el dolor mientras decía.


                    —Saffy, se me rompió el tobillo. Tenemos que gatear, ¿de acuerdo?


                    La escuchó tragar.


                    —De acuerdo —dijo valientemente, aunque su voz tembló.

                    —Rueda para que ambos estemos de nuestro lado izquierdo; de esta forma puedo

           impulsarme con mi pierna buena.

                    Lo hicieron y comenzaron a alejarse.


                    —¡Grizzy! —Saffy respobló mientras jadeaba— ¡Aún tengo mi anillo! ¡Mi anillo

           de compromiso!

                    El anillo, hecho de un vulgar y feo metal. Y adornado con una pequeña y brillante

           gota de Azerita.


                    —¡Podría ser suficiente para protegernos! —dijo.

                    —Podría ser —dijo Grizzek. Esperanza, vertiginosa y maravillosa, fluyó a través

           de él, y comenzó a retorcerse con ganas—. También tengo una confesión que hacer,
           Punkin.


                    —Lo que sea, te perdono.


                    Él se mojó los labios. Todos esos años, él nunca lo había dicho. Desperdiciados,
           estúpidos años. Pero todo eso iba a cambiar a partir de ahora.




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