Page 265 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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joven  mientras  sonreía  a  sus  hijos.  Y  Parqual  y  Philia  se  acercaban  para  unírseles.
           Hablaron durante algunos instantes; Calia estaba muy lejos para escuchar lo que decían.


                    Parqual dijo algo a su hija, después se acercaron hacia Calia. Sintió un parpadeo

           de preocupación; no debería estar acercándose a ella de esa forma. Nadie debía saber que
           ella y Parqual se conocían. En voz alta, él dijo.


                    —Sacerdotisa… ¿podría éste renegado tener su bendición?


                    —Claro —respondió.

                    Él inclinó su cabeza, murmurando.


                    —Te necesitamos. Es hora.


                    —¿Q-qué?


                    —Lo verás. Debes estar lista.


                    Calia se tranquilizó y llamó a la bendición de la Luz. Llegó, bañándolo con su
           cálido  resplandor  dorado  y  blanco.  Parqual  hizo  una  mueca;  la  Luz  Sagrada  sanaba
           renegados, pero no era agradable para ellos. Con una señal de apreciación, él se giró y

           volvió a unirse al grupo. Ella los miró, ahora alerta. Durante un rato, ellos simplemente
           conversaron.  Y  entonces,  demasiado  casuales,  Philia  y  Parqual  se  alejaron  de  los
           Felstones. Después de un instante, la familia Felstone también comenzó a andar. Lenta e

           indirectamente, para no llamar demasiado la atención, comenzaron a moverse del centro
           del campo hacia el Castillo de Stromgarde.


                    Las palabras de Saa’ra volvieron rápidamente a Calia tan rápido que se tambaleó.


                    Hay cosas que debes hacer antes de que se te conceda esa paz. Cosas que debes
           entender, que debes integrar a tu propio ser. Gente que necesita tu ayuda. Lo que uno
           necesita para sanar siempre vendrá a nosotros, pero a veces es difícil reconocerlo. A
           veces los regalos más hermosos e importantes vienen envueltos en sangre y dolor.


                    ¿Era ese el momento en el que había estado pensando desde que había encontrado

           su camino al Templo de la Luz Abisal y al Arzobispo Faol? Muchas cosas habían caído
           en su lugar perfectamente: el Concejo Desolado, el noble llamado de Anduin para ésta
           reunión. Y ahora, de forma espontánea un humano y un renegado habían tomado un paso

           tan valiente que Calia se sintió inspirada y avergonzada.

                    Sí. Parqual tenía razón.


                    Era hora.





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