Page 58 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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Mientras caminaban relajadamente hacia su destino, guardias humanos y enanos
           siguiéndolos a una distancia discreta pero conveniente, Anduin se hundió en la nostalgia.

           El calo lo asedió cuando pasaron por la Gran Fundición que le daba su nombre a esa
           antigua ciudad. El aroma distintivo del metal derretido lo llevó de nuevo a su última visita

           unos años atrás.

                    —Ha pasado mucho tiempo desde que estuve aquí —le dijo a Moira.


                    Los ojos verdes de Moira miraban a su hijo cuando respondió:


                    —Así es. Los años transcurren más rápido de lo que pensamos.


                    Contemplando al niño que claramente estaba luchando para no adelantarse a su
           madre y al rey humano, Anduin le dijo a Moira:


                    —Fue un buen gesto de los Tres Martillos el ir a Stormwind para honrar a mi
           padre. Especialmente cuando tomamos en cuenta que la última vez que estuvo aquí trató

           de asesinarte.

                    Moira rio.


                    —Oh, muchacho, sabes que él y yo arreglamos hicimos las pases hace tiempo.

           Para cuando lo perdimos, habíamos llegado a admirarnos y respetarnos el uno al otro. Tu
           padre estaba enfadado conmigo por tenerte aquí. Estaba preocupado por tu seguridad.
           Conforme Dagran ha crecido, aunque parezca imposible, se ha convertido día a día en lo
           más preciado para mí. Tan grande como era Varian Wrynn, lo habría destrozado con mis

           propias manos si hubiera secuestrado a mi pequeño —una expresión fiera relampagueó
           en su rostro.


                    —Te creo —dijo Anduin y lo decía en serio—. Los enanos son luchadores, eso es
           seguro.


                    —Estaba orgulloso de ti —dijo Moira calmadamente—. Incluso cuando no te
           comprendía. No pienses que sólo te amó en los últimos años, Su Majestad.


                    —No lo hago. Lo supe. Y por favor —dijo Anduin—, solo llámame Anduin. Aquí
           estoy más acostumbrado a la amistad que a la formalidad. Cuando venía de visita, tu padre

           me pedía que lo llamara tío Magni y Aerin me decía “pequeño león”.


                    —¿Aerin?

                    —Una  joven  que  fue  la  primera  mujer  en  la  guardia  de  tu  padre.  Te  habría

           agradado. Estaba intentando mejorar mis habilidades con la espada y el escudo antes de
           que muriera en Kharanos.




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