Page 54 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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—De  acuerdo,  de  acuerdo  —dijo  el  líder  de  los  goblins  con  enfado—.  Pero
           solamente te pagaré un pequeño porcentaje.


                    —Negociaremos mi paga por hora después de que tome una decisión.


                    Gallywix enseñó su bastón nuevamente. Grizzek lo agarró. Cerró su otra mano
           alrededor de la punta.


                    Todo  en  la  habitación  se  volvió  hiperconcentrado.  El  color  se  amplificó.  Las

           líneas eran muy claras, limpias. Escuchó capas en el sonido del océano, casi pudo sentir
           las vibraciones en los cantos de las aves.


                    Y su mente…


                    Se aceleró, se tambaleó atropelladamente, analizando y calculando qué porcentaje
           de su mano estaba en contacto con el orbe, a qué grado un callo o el brillo de su sudor en
           su repentinamente empapada palma inhibían el contacto, cuántos usos podría darle…


                    Grizzek  retiró  la  mano  rápidamente  cómo  si  se  la  hubieran  quemado.  Era
           glorioso… Tal vez demasiado.


                    —Santo cielo —murmuró.


                    —¿Ves?


                    El cuerpo del ingeniero seguía temblando por la experiencia, su corazón estaba
           acelerado, sus manos temblaban. Sabía que tenía una mente brillante. Sabía que era un
           genio. Por esa razón Gallywix lo había buscado. Y el príncipe mercante había hecho bien

           en hacerlo porque las cosas que podría crear con ese objeto…


                    —Yo, este… De acuerdo. Trabajaré en ello. Haré experimentos, diseñaré algunos
           prototipos.


                    La sonrisa de Gallywix era cruelmente feliz ahora.


                    —Sabía que aceptarías.

                    —Mis exigencias continúan —insistió Grizzek—. Quiero completa autonomía en

           esto —se había traicionado antes con su reacción, lo sabía, pero no era demasiado tarde
           para  rescatar  algo.  Se  había  sorprendido,  eso  era  todo  y  ahora  puso  su  mejor  cara
           inexpresiva.


                    —Te mueres de ganas de ponerle las manos encima y lo sabes.


                    Grizzek hizo un mohín, tratando de imitar la completa falta de interés de Druz.




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