Page 22 - El MANUAL DE TANGO
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Julio Mariño Gobbi
El Abrazo, “las tres conexiones”
Muchos bailes usan abrazos, pero la forma en la que lo hace el tango mezclada con el contenido
emocional que tiene esta música hace que este abrazo se balancee entre lo sensual y lo sexual, entre
lo íntimo y lo público, entre lo invasivo y lo respetuoso, generando ese juego social y de pareja tan
intrigante y emocionante que se puede volver casi adictivo. Esa cercanía tan particular y tan íntima
que puede llegar a generar emociones fuertes, hace que el “abrazo de tango” haya tomado una
importancia muy grande en esta danza.
Hoy en día en tango se acostumbra llamarle abrazo a todo, cada vez que dos personas se toman para
bailar lo llaman abrazo, pero este es un uso con el que no estoy de acuerdo ya que se desvirtúa el
abrazo desde su concepto. Personalmente, considero abrazo cuando dos personas se rodean con los
brazos buscando acercarse el uno al otro hasta conseguir un contacto de pecho sostenido, pero no solo
por el simple hecho de conseguir ese contacto físico, sino para lograr conectarse energética y
emocionalmente, ya sea por cariño, amistad, amor, ternura, empatía, etc. Excepcionalmente, podría
ocurrir que durante un abrazo no haya contacto en los pechos, pero necesariamente tiene que haber
una intención hacia la otra persona que no sea solo mecánica, sino que también busque la transferencia
de energía y emociones.
El abrazo puede darle al tango una complejidad técnica enorme retando al límite nuestro intelecto,
coordinación y constancia en la práctica, presentándose como un desafío que se incrementará
conforme se aumente la complejidad del baile. Es un tema que me apasiona desde hace muchos años,
ya que en él se pueden mezclar lo mecánico con lo emocional y lo energético, generando en mí un
gran interés por comprenderlo, analizarlo y desarrollar las técnicas que me permitan perfeccionarlo y
transmitirlo mejor a mis estudiantes.
Para profundizar nuestra comprensión del abrazo y poder analizarlo en toda su complejidad,
distinguiré los tres aspectos que a lo largo de los años he identificado como partes fundamentales y
en las cuales me enfocaré durante todo este capítulo, la “conexión mecánica”, la “conexión
energética” y la “conexión emocional”. Es importante tener en cuenta que las tres conexiones son
parte de un mismo abrazo y que se complementan unas a las otras, logrando juntas un abrazo
completo, funcional y cómodo.
1- Conexión mecánica: es el contacto estrictamente físico que se utiliza para tomarse con la
pareja. Aquí estudiaremos las posibles posiciones que adoptará cada parte del cuerpo
involucrado en el abrazo y las fuerzas necesarias para que estas partes funcionen
adecuadamente. Este aspecto es el más fácil de estudiar, pero a la vez el más extenso de
describir de los tres debido a la gran cantidad de variantes que posee.
2- Conexión energética: La conexión energética es la unión invisible pero perceptible que
funciona como complemento de la conexión mecánica. Esta ocurre cuando se encuentran dos
proyecciones energéticas y puede darse entre distintas personas o entre distintas partes del
cuerpo. En este capítulo estudiaremos cómo funciona la proyección energética (intención y el
enfoque energético de los bailarines) para aplicarlas a las conexiones internas de uno mismo,
a la conexión con la pareja y a la conexión con el público. Hay un tipo de proyección
energética que se utiliza para producir movimientos en la pareja, pero esa será explicada en el
capítulo “La marca y la respuesta”. El tema de las proyecciones energéticas no es muy
conocido y requiere especial atención para ser entendido ya que maneja conceptos que para
muchos serán nuevos.
3- Conexión emocional: es lo que hace al tango una danza particular y especial, es todo lo
referente a la transferencia de emociones. El desarrollo de la conexión emocional es esencial
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