Page 38 - Degrelle, Leon - Historia de las SS Europeas
P. 38
1941 los soviéticos tenían más de 17.000 tanques y para 1942
tenían 32.000. Tenían 92,578 piezas de artillería. Y sus 17.545
aviones de combate de 1940 superaban a la Fuerza Aérea
alemana.
Es fácil de comprender que, con esos preparativos de guerra en
progreso, a Hitler le quedaba una sola opción: invadir a la
Unión Soviética inmediatamente o enfrentarse al
aniquilamiento.
La Campaña rusa de Hitler fue la campaña de la "última
oportunidad". Hitler no fue a Rusia con mucho entusiasmo. Me
dijo más tarde: "Cuando entre" en Rusia, estaba como el
hombre que se halla ante una puerta cerrada. Sabía que debía
lanzarme a través de ella, pero sin saber lo que habría detrás."
Hitler estaba en lo cierto. Sabía que los soviéticos eran fuertes,
pero - por sobre todo- sabía que se volverían aun más fuertes.
El año 1941 fue el único en que Hitler tuvo un respiro. Los
británicos todavía no habían tenido éxito en expandir la guerra.
Hitler, que nunca había deseado la guerra contra Gran Bretaña,
todavía estaba tratando de hacer las paces. Me invitó a pasar
una semana en su casa. Quería discutir toda la situación y
escuchar lo que yo podría decirle de la misma. Habló muy
simple y claramente. La atmósfera era informal y distendida. Lo
hacía a uno sentirse en casa porque realmente disfrutaba en ser
hospitalario.
Enmantecaba trozos de pan tostado de una manera distraída y
los pasaba a los demás. A pesar de que el no bebía, iba a
buscar una botella de champán después de cada comida porque
sabía que me gustaba tomar un vaso después de comer. Todo
sin nada de alharaca y con sincera amistad. Era parte de su
genio el ser un Hombre de costumbres sencillas, sin la más
mínima afectación; un Hombre de gran modestia. Hablamos de
Inglaterra. Le pregunté directamente: "¿Porqué demonios no
liquidó Usted a los ingleses en Dunquerque? Todo el mundo
sabía que podía haberlos borrado del mapa." Y él contestó: "Sí,
frené a mis tropas y dejé que los ingleses huyeran a Inglaterra.
La humillación de una derrota así hubiera hecho difícil el hablar