Page 42 - Degrelle, Leon - Historia de las SS Europeas
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todas  las tropas  francesas habían  dejado  Rusia.  Hacía mucho
            frío, ciertamente, pero no era una campaña de invierno.

            ¿Pueden ustedes imaginar en 1941  a medio millón  de alemanes,
            luchando  contra  ululantes tormentas de nieve, cortados  de sus

            abastecimientos,   atacados   por   todas   partes   por   decenas   de
            miles de cosacos?. Yo me he enfrentado  a cosacos lanzados a la
            carga   y   se  que   solamente   un   muy   superior   poder   de   fuego
            consigue   detenerlos.   Para  evitar   una   retirada   tan   demencial,

            Hitler tuvo que echar a más de 30 generales en sólo unos pocos
            días.

            Fue   entonces   cuando   Ilamó   a   la   Waffen   SS  para   llenar   los
            huecos   y  levantar   la   moral.   Inmediatamente,   la   Waffen   SS  se

            mantuvo   firme   en   el   frente   de   Moscú.   A  lo   largo   de   toda   la
            guerra,   la   Waffen   SS  nunca   retrocedió   cediendo   terreno.
            Morirían  antes que retroceder.  Uno no puede olvidar  las cifras.

            Durante   el   invierno   de   1941,   la   Waffen   SS  perdió   43.000
            hombres en el Frente de Moscú. El regimiento  Der Führer luchó
            casi literalmente hasta el último  hombre.

            Solamente 35 hombres sobrevivieron  de todo  el regimiento.  Los

            hombres  del Der Führer se clavaron  en sus puestos  y no hubo
            tropa  soviética que pasara. Tuvieron  que tratar  de rodear a las
            SS  por   entre   la   nieve.   Así   fue   como   el   famoso   General   ruso

            Vlasov   fue   capturado   por   la   División   SS  Totenkopf.   Sin   su
            heroísmo, Alemania hubiera quedado aniquilada para Diciembre
            de 1941.

            Hitler   nunca   olvidaría:   apreció   la   fuerza   de   voluntad   que   la
            Waffen   SS   había   desplegado   frente   a   Moscú.   Habían
            demostrado   tener   carácter   y   coraje.   Y  eso   era   lo   que   Hitler
            admiraba más que nada: coraje.

            Para  él   lo   importante   no   era   tener   asociados   inteligentes   o
            astutos.  Esta clase de  gente  frecuentemente  puede  caerse de

            pedazos,  como  podremos  ver durante  el invierno  siguiente  en
            la batalla de Stalingrado  con el General Paulus.

            Hitler  sabía que solamente  energía pura y coraje, la negativa a
            rendirse,  la voluntad  de aferrarse  al puesto  aún  en contra  de
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