Page 132 - Historia de la civilización peruana contemplada en sus tres etapas clásicas de Tiahuanaco, Hattun Colla y el Cuzco, precedida de un ensayo de determinación de "la ley de translación" de las civilizaciones americanas
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128 R. CÚNEO -VIDAL
Data de entonces el período histórico de los Nevcollaguas,
bajo sus denominaciones provincianas ya mencionadas de Hattun
Collas y Paucar Collas a quienes la conquista castellana halló
agrupados en cacicazgos menores, sujetos a cuatro cacicazgos ma-
yores, a saber: Hattun Colla,' Chicuito, Pacajes y Omasuyo.
Mientras aquellas colectividades cobraban una organización
definitiva, encaminada, como más tarde se vio, a dos nacionjalida-
des futuras: la alto y la bajo peruana, la antes sacra corona
de Tiahuanaco, degradada por el encono sectario de quienes la
asolaron, fué poblándose paulatinamente con los rezagos de la
población de tipo uro que acaso la poseyó antes del advenimiento
de los Protocollaguas, a la cual éstos arrojaron a los despoblados
de Oruro (TJru-TJro), Carangas, Aullagas y Atacama.
Lo cierto es que a mediados del siglo XVI dábase el nombre
de TIrumarca equivalente de “tierra de uros”, a la comarca en
que vemos reunidos los vestigios culturales más importantes que
conoció el continente americano.
Consúltese el Mapa Físico-Político del Alto y Bajo Perú,
trazado de orden del Supremo Gobierno en 1826, y se verá que el
brazo inferior del lago de Titicaca conservaba hasta aquella fe-
cha el nombre de Lago de Urumarca, entendiéndose por tal mar-
ca de uros las tierras que hoy decimos de Pacajes y Omasuyos.
Los quechuas de Maita Capac, conquistadores del Collao, die-
ron a los indios que hallaron de asiento en la vieja comarca pro-
tocollagua el nombre de Pacajes .
Este nombre procede, evidentemente, de paoani y pacacuy,
verbos de la lengua quechua que expresan : recatarse o esconderse.
Aplicado a indios, expresó, indios huraños, que vivieron re-
catados en los pajonales de ambas orillas del río Desaguadero, en
el trecho comprendido entre su nacimiento en el lago Titicaca y
su vaciante en el lago de Poopó.
Pretende una tradición, aceptada sin mayor acuerdo por los
historiadores, que los uros ribereños del Desaguadero, harto des-
válidos para satisfacer en forma menos innoble el tributo que es-
tuvieron obligados a pagar a los Incas del Cuzco, lo hicieron en