Page 194 - Historia de la civilización peruana contemplada en sus tres etapas clásicas de Tiahuanaco, Hattun Colla y el Cuzco, precedida de un ensayo de determinación de "la ley de translación" de las civilizaciones americanas
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genitores en épocas remotas, al término de las migraciones de
Oriente a Occidente en que se vieron comprometidas las primi-
tivas humanidades americanas.
Pacaritambo, lugar donde se efectuó la mencionada cita de
los cuatro Ayares, significó posada, o etapa de un camino, que
reunió las condiciones de pacarina, por haberse realizado en ella
un suceso relacionado con los propios albores de la vida cuzqueña.
Pacárin, madre de pacarina, expresa alborear, rayar el alba,
•despuntar la mañana, y en un sentido figurado, diseñarse, a modo
de punto de partida, un acontecimiento histórico trascendental de
la vida de un pueblo.
Fueron pacarinas, para las gentes fundadoras del Cuzco, la
isla de Titicaca, las cumbres del Vilcanota, el cerro de Huanacaurí,
y en términos generales, el centenar de vestigios, testimonios que
fueron de la gestación laboriosa de su nacionalidad que se vieron
escalonados en los ceques de los cuatro caminos reales que de la
ciudad, considerada como centro del imperio, se dirigían a sus
cuatro confines.
También se dijo, por Pacaritambo, Tambo Tocco, con alusión
a las ventanas de jambas trapezoidales en cuyos vanos descansa-
ron las momias tutelares de los cuatro Ayares convenidos en el
lugar.
Según está dicho, los nombres con que la tradición designó
a los míticos hermanos de Manco fueron de índole eminentemente
agrícola y pastoril, cual convino a una civilización que estuvo ín-
timamente vinculada con la tierra, a diferencia de las civiliza-
ciones asiática, africana y europea, esencialmente fabriles.
Aquello de que el mítico Manco salió de Pacaritambo en la
forma referida por la tradición, seguido por los Ayares del Ají,
de la Coca y de la Sal, siendo él mismo el Ayar del Maíz, se ha
de entender en el sentido de que los cuatro abolengos fundadores
del Cuzco, congregados al pie de sus respectivos muertos (huañucs,
o huañas o camacs), en las alturas de Pacaritambo, desde las cua-
les es visible el valle del Guatanay, pasaron a establecerse en él
al cabo de maduras deliberaciones, por iniciativa del Aillar de los