Page 196 - Historia de la civilización peruana contemplada en sus tres etapas clásicas de Tiahuanaco, Hattun Colla y el Cuzco, precedida de un ensayo de determinación de "la ley de translación" de las civilizaciones americanas
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         192                 JR. CÚNEO -VIDAL

           Los ayares del Este (anti), del Oeste (chincha); del Norte
       ( cuntí)  y del lago (colla)  queremos decir las gentes en cuyas tie-
       rras se dan la coca, el maíz  y  el ají,  y  se extrae la sal, agrupados
       alrededor de sus muertos  y  presididos por Manco, emprenden la
      jornada definitiva hacia la tierra de promisión.
           Con todo, a mitad del camino,  y  al aportar a cierta ladera
       del cerro de Guanacauri, el Ayar Cachi, esto es el Ayar de la Sal,
       interrumpe su marcha  y  se petrifica, según lo expresa la leyenda
       en su lenguaje imaginoso.
           Este suceso ha de relacionarse según nosotros, con la presen-
       cia de la sal gema en las estratificaciones de aquella ladera de un
       cerro de origen neptuniano, o bien con la instalación de las mo-
       mias pertenecientes al dicho  aillar de los Cuntis, en alguna de
       las grutas frecuentes en aquellos contornos.
           Como quiera que sea, el lugar en que aquello ocurrió pasó a
       ser desde entonces una de las pacarinas reverenciadas de la raza.
           El fondo histórico de todo ello parece ser  el siguiente: los
       Ayares agricultores, queremos decir los ayares del maíz, de la
       coca  y  del ají, bajan al valle del Guatanay a la fundación preco-
       nizada por los Capaes, mas el de la sal, de extracción montañesa,
       se resuelve a permanecer en las alturas que forman un marco
       rocalloso  al valle del Guatanay, en aptitud de defender a sus
       hermanos labriegos de tierras bajas de las acechanzas de los ene-
       migos que se propusiesen venir en su contra.
           Desde aquel preciso instante se perfila en la sociología cuz-
       queña la categoría que llamaremos militante de los cinchis, u hom-
       bres fuertes, a cuyas manos pasará el poder en toda emergencia
       de peligro nacional.
           Un último esfuerzo de  los ayares agricultores dedicados a
       menesteres de paz a orillas del Guatanay, resguardadas sus  es-
       paldas por sus hermanos los cinchis de las alturas de Guanacauri,
       y  quedará fundada la ciudad imperial,  y  a compás de  ello, su
       memorable civilización.
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