Page 66 - Historia de la civilización peruana contemplada en sus tres etapas clásicas de Tiahuanaco, Hattun Colla y el Cuzco, precedida de un ensayo de determinación de "la ley de translación" de las civilizaciones americanas
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          La postura sentada aquélla se conformó a las modalidades que
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      comportó el culto de los Muertos, en que se resolvieron los prime-
      ros anhelos de religiosidad de las razas americanas, desde los días
      lejanos  y  nebulosos, mas no olvidados, de su premiosa peregrina-
      ción a través del continente americano, hasta el instante de su
      traslado a la meseta de los Andes, en donde aquellos anhelos tu-
      vieron ritos  y  sacerdocio.
          Que lo que se guardó en su recinto fué hierático e inviolable
      en sumo grado, nos lo da a entender el nombre de Puma Punco,
      o “puerta de los leones”, con que fué designada su entrada prin-
      cipal, razón por la cual nos hacemos cargo de que el sacro edifi-
      cio estuvo rodeado de canchas, o sea de patios, cuya guarda estu-
      vo confiada a jaurías de pumas consagrados al culto, en medio
      de cuyos bramidos pasaría dominado por un saludable terror al
      cuidado de pomatas, o acólitos domadores, el catecúmeno que acu-
      diese a aquel tabernáculo de la nacionalidad.
          El profesor Posnansky nos presenta en la plancha n.° 28 de
      su Metrópoli Prehistórica en Sud América, una serie de rostros
      de pumas sagrados, copiados en éste o aquél detalle arquitectó-
      nico de las ruinas, en el cuello  y  hocico de los cuales vemos pa-
      tentes la cadena  y  el aro de que se valieron sus domadores para
      tenerlos en sujeción.
          Puma llamaron, copiando omomatopéyicamente su rugido, los
      andinos, al león de la selva, contemplado en estado de libertad,
      allco (nombre equivalente de corredor), al puma reducido a do-
      mesticidad, al cual emplearon en los lances de la guerra,  y  al-
      cahuissas a sus domadores, a los que los latinos hubiesen deno-
      minado bestiarii.
           Siendo así que huissay significa silbar, alcahuissac ha debi-
      do significar “el que silba al león” o en otros términos: “el que
      domina al león con silbidos”.
           Durante los primeros años de la conquista castellana, el nom-
      bre allco, que según acabamos de decir guiándonos por lo estam-
      pado por Mossi en su Diccionario Quechua-Español, significó ani-
      mal corredor ha debido transmitirse por la similitud de sus fun-
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