Page 70 - Historia de la civilización peruana contemplada en sus tres etapas clásicas de Tiahuanaco, Hattun Colla y el Cuzco, precedida de un ensayo de determinación de "la ley de translación" de las civilizaciones americanas
P. 70

,   ,            ,        ,  ,  ,


         66                   k. CÚNEO - VI DAT.

       al cargo de las ajilas  sujetas a pilastras centrales cuya base se
       afianzó en agujeros que permanecen visibles en  el pavimento,
       subdividieron el espacio.
           Lo que permanece en pie del muro izquierdo ya menciona-
       do, demuestra que sus constructores, mediante cenefas  y  venta-
       nas trapezoidales de cumplido efecto, supieron imprimirle los ras-
       gos de una severa belleza.
           El magno edificio tuvo techo pajizo.
           La caída de aquella primera tarde nos sorprendió en medio
       de las nobles ruinas.
           El disco del sol se sepultó en Occidente, en un incendio de
       arreboles,  y  el anochecer se nos vino encima, sin transición ape-
      nas sensible.
           Cabizbajos, llevando en nuestro cerebro un mundo de ansio-
       sas interrogaciones del pasado, volvimos al abyecto alojamiento
       que se nos tenía deparado en el menguado tambo del pueblo.
           La mañana siguiente volvimos a Puma Punco,   y desde allí,
       cruzando ciertos sembríos, en que corrimos el peligro de ser mor-
       didos por los perros de una vecina alquería, nos constituimos en
       ia Ackapana.
           Esta es una colina artificial, pucara o huaca parecida a las
       de Miraflores  y a la de Maranga en la provincia de Lima.
           Ackapana es, en la lengua aimara el amanecer: aquello que
       en la lengua quechua es pacarina.
           Pacaric Tambo, esto es  : tambo del amanecer  llamaron los
       Quechuas a la morada de que salieron los cuatro Ayares de la
      leyenda: el Ayar del maíz  el de la coca  el de la sal  y  el del ají,
      consociados a la fundación de Cuzco.
           Aquella salida marcó, positivamente, para sus amantas  y  que-
      pucamayos (sabios y  analistas),  el amanecer de la vida histórica
      de su nación; aquello que en la lengua aimara se expresó por la
      voz ackapana.
           ¿Aprendió Manco esta palabra en el Collao de Tiahuanaco,
      y  la introdujo en el Cuzco, bajo la forma de pacarma, palabra
      hermética  y  veneranda, para designar  el alborear, o sea los co-
   65   66   67   68   69   70   71   72   73   74   75