Page 38 - SALVADOR BORREGO ARMA ECONOMICA
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ARMA ECONOMICA
Temporalmente las cosas parecieron mejorar porque
había más dinero, el tipo de cambio se mantenía firme y
se podían comprar toda clase de mercancías extranje-
ras. Pero, entretanto, la industria argentina comenzaba
a batirse en retirada ante la competencia extranjera y el
alza del tipo de interés bancario.
Según denuncia hecha por economistas no oficiales,
como Walter Beveraggi, la inflación era una delibe-
rada cortina de humo para realizar una serie de
maniobras que destruían a la economía privada
aumentando la demanda de bienes y el consumo
(temporalmente), pero sin aumentar la producción.
Tal cosa era "delincuencia económica". (Il
Al mismo tiempo, el ministro Martínez de Hoz acordó
acoger a los inversionistas extranjeros eximiéndolos del
pago de impuestos, cosa que parecía conveniente, pues
así llevaron a Argentina capitales por valor de diez mil
millones de dólares. Sólo que estos capitales no iban
a invertirse en producción, sino a cambiarse por pe-
sos argentinos, que luego se colocaban a plazo, con un
alto interés, y al cabo de cierto tiempo el dinero así au-
mentado se empleaba en recomprar más dólares de los
inicialmente "invertidos". ¿Acaso no era esto practi-
car la libre convertibilidad?
Martínez de Hoz mantenía temporalmente congelado
el tipo de cambio del dólar -porque así mucha gente es-
taba tranquila- y de tiempo en tiempo variaba dicho tipo,
alegando que con la devaluación del peso se incrementarían
las exportaciones y el turismo. Pero, con anticipación a
cada variación de la "paridad", el Fondo Monetario Inter-
nacional y los "inversionistas" extranjeros se enteraban
de que iba a haber una nueva "paridad". De esta manera
utilizaban su caudal en pesos argentinos para recomprar
dólares, oportunamente, y una vez consumada la de-
valuación volvían a invertirlos en la compra de una can-
tidad mucho mayor de pesos, y así sucesivamente.
(l) Cómo se Destroza una Economía.- W. Beveraggi, economista argentino.
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