Page 46 - SALVADOR BORREGO ARMA ECONOMICA
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ARMA ECONOMICA


                  na una fuga de dólares hacia Estados Unidos. Se calculó
                  que tan sólo de  México habían huído 26,000 millones,
                  sin contar lo gastado en la compra de terrenos o casas
                  dentro del territorio estadounidense.
                     Jamás  se habían  concedido  tantos  créditos  a
                  Iberoamérica como entre 1974 y  1983, y nunca la
                  situación había sido peor.
                     ¿Por qué ocurre lo mismo en Chile, sin petróleo, que
                  en Venezuela con ricos mantos petrolíferos? ¿Por qué lo ·
                  mismo en Argentina, con gobierno militar, que en Méxi-
                  co con gobierno civilista y liberal?  ...
                     ¿Por  qué  la  misma  constante de  recibir  dólares,  de
                  quedarse sin dólares, de precipitarse en una crisis que
                  fomenta el descontento y da lugar a que se repita este
                  ruinoso proceso?
                     ¿Por qué la misma constante de que los gobier-
                  nos  anticomunistas  se  debilitan  y  los  gobiernos
                  procomunistas se fortalecen ya sea con los présta-
                  mos o con la crisis derivada de no poderlos pagar?
                     Podría  decirse  que  el  actual  modelo  económico
                  neoliberal, practicado por la Cúpula Financiera que sur-
                  gió en Bretton Woods en 1944 (como apoyo para la ONU),
                  es una fina y compleja maquinaria que está continuan-
                  do -en el campo de la economía- lo que las armas hicie-
                  ron en el  campo de la  segunda guerra mundial, o sea,
                  propiciar un gobierno universal.
                     "La guerra es la continuación de la política por otros
                  medios", enseña Clausewitz. ¿Es  a  su vez, la econo-
                  mía,  la  continuación  de  la  guerra  por otros  me-
                  dios? ...
                     Por lo menos desde  1950 las cosas vienen sucedien-
                  do como si así fuera.
                     En  1988 la deuda del tercer mundo ascendía ya a Un
                  billón doscientos mil millones de dólares, casi en su to-
                  talidad impagable. ¿Porqué en las más diversas circuns-
                  tancias  la  cúpula  Financiera  estuvo  prestando  a
                  sabiendas de que los acreedores eran ya insolventes? Ni
                  un Banco de barrio comete tal"error".


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