Page 52 - SALVADOR BORREGO ARMA ECONOMICA
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ARMA ECONOMICA

               la práctica era falso que con imprimir más dinero o con
               reducirlo se curara una economía enferma).
                  Había escasez de artículos esenciales, los sala-
               rios se comprimían hacia abajo, la clase media se
               proletarizaba,  el  número  de  cesantes  subió  a  7
               millones; numerosas industrias redujeron a la mi-
               tad sus jornadas, con perjuicio para tres millones
               de obreros. (El total de habitantes era de 67 millones).
                  Los  desempleados  vagaban  por las  calles  en busca
               de algo qué hacer. En medio de ese descontento el Par-
               tido Comunista reclutó a dos millones de miembros y se
               convirtió en el  partido rojo más grande del mundo, in-
               cluso mayor que el de la URSS.  Seis millones de electo-
               res votaban por los candidatos comunistas o procomu-
               nistas: Había  diputados  por  16 diversos  partidos;
               el Congreso era una Torre de Babel.
                  Alemania se hallaba a punto de convertirse en un país
               comunista,  pero  resulta  que  la  corriente  ideológica
               opuesta también  había hecho  numerosos  prosélitos y
               Adolfo  Hitler llegó al  poder el  30 de enero de  1933.  El
               panorama era tan negro que comentó: "La herencia que
               recibimos es pavorosa".
                  Hjalmar  Schacht  refiere  en  sus  "Memorias"  que  no
               simpatizaba con la ideología de Hitler, pero que un mes
               antes de  que  tomara el  poder le  ofreció sus servicios,
               "con la esperanza de que sería posible encauzar-
               lo".  En todo caso, decía, era más eficaz ejercer presión
               desde dentro que desde fuera del nuevo régimen.
                  En  cuanto Hitler tomó el  poder le preguntó al  presi-
               dente del Reichsbank,  Luther,  cuánto dinero podía po-
               ner a disposición del gobierno para reactivar la econo-
               mía, y Luther contestó que no más de  150 millones de
               marcos.  Por  separado  le  hizo  la  misma  pregunta  a
               Schacht, quien ofreció  (confiando seguramente en sus
               amigos extranjeros y hermanos de logia) que podría obte-
               ner 600  millones  de  marcos,  a  condición  de  que  des-
               pués el gobierno los reintegrara de su presupuesto. Así



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